Para el primer semestre, estima que la caída de la economía se situará entre el 20% y el 25%
El responsable de Análisis Económico de BBVA Research, Rafael Domenech, estima que la actividad puede haber sufrido una contracción de "entre el 20 y 25%" durante el primer semestre del año y, según el consenso de los expertos, concluirá el ejercicio con una caída del PIB "por encima del 10%".
La previsión la formuló durante un encuentro sobre pensiones organizado por 'Expansión' y Deusto Business Alumni y tras publicar el INE que el PIB se contrajo un 5,2% en el primer trimestre y anticipar el Banco de España que en el segundo trimestre pudo retroceder una media del 20%. "Todavía hay muchas incertidumbres, pero quedan pocas dudas de que va a ser la crisis económica más intensa desde final de la Guerra Mundial para la mayor parte de las economías, incluida la economía española", refirió.
Si bien reconoció que, con la desescalada "ya se ha iniciado la recuperación", apuntó que hay todavía "un porcentaje elevado" de empresas que no han vuelto a recuperar su actividad y algunas "ya han cerrado" al no poder volver y recordó que hasta finales de abril "alrededor de un millón de trabajadores" habían perdido su empleo y 3,4 millones se habían acogido a ERTE.
Domenech estimó que, "aún siendo de carácter temporal", la crisis "va a ser seguramente más profunda y la recuperación más lenta que en otras economía de la Unión Europea" porque la crisis sanitaria ha exigido medidas de confinamiento y restricciones de movilidad "más intensas y restrictivas".
Alentó a empezar a trabajar ya este año y el próximo en "reformas que permitan aumentar el potencial de la economía"
Influye además que en España hay un peso mayor de sectores que tardarán más tiempo en normalizar su actividad como el turístico, el mercado de trabajo es "menos eficiente" y el tejido productivo cuenta con más pequeñas y medianas empresas con "menor capacidad de aguante", además de haberse ampliado la dependencia de cadenas productivas que se han visto "muy perjudicadas" por la internacionalización de las compañías.
Los costes asociados a las crisis sanitarias y a las medidas articuladas para ayudar a empleados, familias, empresas y autónomos, unido a la caída de los ingresos tributarios por la menor actividad conducirán, según sus cálculos, el déficit al 14-15% y, a su juicio, hay que empezar a trabajar ya en reconducirlo. Domenech explicó que no se trata de hacerlo ahora o el próximo año, pero advirtió de que si se empieza "a garantizar la estabilidad presupuestaria a partir del 2022 posiblemente surjan dudas sobre nuestra estabilidad" y acabe, como se ha visto en otros países, en una situación de "insostenibilidad" que obligue a "ajustes muy dramáticos", por ejemplo, en pensiones como ocurrió en Grecia y Portugal.
"Para nada es ese el escenario, pero no nos podemos descuidar. Para evitar ese ajuste tenemos que empezar a trabajar desde ya", precisó a renglón seguido. A su juicio aquí la tarea no concluye en ajustar costes y buscar fórmulas para elevar los ingresos públicos, sino que "la mejor estrategia es liberar todo el potencial" de crecimiento de la economía. Así, alentó a empezar a trabajar ya este año y el próximo en "reformas que permitan aumentar el potencial de la economía" y llevar a cabo a futuro el ajuste de las cuentas públicas.
DESEMPLEO
Con solo bajar la tasa de desempleo estructural española del 15-17% a los 6-7% que tienen países de nuestro entorno apuntó que se podrían conseguir seis puntos adicionales de reducción del déficit público. Abogó además por medidas que reduzcan la temporalidad, el desempleo de larga duración y atacar la economía sumergida, junto a racionalizar gastos públicos y hacer un sistema impositivo más transparente, "más sencillo" y que "favorezca el crecimiento".
También urgió a trabajar en la reforma de pensiones "porque necesitamos que los cambios sean graduales en el tiempo" y es necesario dar plazo para se adapten las empresas. Indicó que otros países han llevado a cabo sus reformas durante, al menos, una década, de forma que "nosotros deberíamos estar diseñando el sistema de pensiones que estará vigente en el 2030".
Apostó por el sistema de las cuentas nocionales o individuales donde se crea una cuenta ficticia a cada trabajador cuando se incorpora al mercado laboral que servirá de hucha para su pensión. Abogó por complementarla con un mecanismo similar a la mochila austriaca donde las empresas acumulan los recursos para contingencias de despido y si no lo hay el trabajador lo puede capitalizar el día de su jubilación.
En el mismo encuentro el presidente del foro de expertos del Instituto BBVA de Pensiones, José Antonio Herce, explicó que si antes del Covid la reforma de pensiones ya era necesaria "ahora es más necesaria y urgente". "Si el transatlántico sigue a la deriva que lleva encallaremos tarde o pronto contra un acantilado y lo vamos a pasar mal" porque "no se va a poder pagar", avisó.
Entre las medidas a adoptar coincidió con prescribir las cuentas nocionales y la mochila austriaca, "restablecer la equivalencia actuarial" y fomentar el buen trabajo para que se prolonguen las carreras profesionales. "Hagamos que el trabajo sea tan bueno y tan remunerador que nadie quiera jubilarse", instó. Herce juzgó "innecesario" retirar los incentivos fiscales a los vehículos de ahorro previsión individuales en favor de sistemas comunes en el ámbito de la empresa y advirtió de que podría ser perjudicial ya que significaría dejar "casi a la mitad de los autónomos" sin el apoyo para sus pensiones que tienen en estos momentos.