Morgan Stanley cree que el descenso de la inflación será "gradual" y "desigual" entre economías
Si 2023 ha estado marcado por el endurecimiento de la política monetaria, todo parece apuntar a que 2024 se definirá por lo contrario. Con la inflación en la mayoría de las grandes economías en retirada, los principales interrogantes sin resolver son cuándo comenzarán y cuánto bajarán los tipos de interés los bancos centrales. Sin embargo, la sombra de la temida recesión sigue acechando y los organismos monetarios se enfrentan a un complicado ejercicio de funambulismo en el que encontrar el "punto medio", como señalan desde Morgan Stanley.
"Con el enfriamiento de la inflación, los bancos centrales de todo el mundo se enfrentan al dilema de Ricitos de Oro: si son demasiado flexibles con la política monetaria, la inflación podría volver a dispararse; pero si mantienen una política demasiado restrictiva, podría desencadenarse una recesión", explican desde el banco de inversión neoyorquino.
Según Seth Carpenter, economista jefe mundial de la firma estadounidense, la inflación ha tocado techo en todo el mundo. No obstante, el último tramo "no llegará hasta 2025" y, "probablemente", requerirá un periodo de crecimiento "mediocre" hasta ser completamente domada.
"El descenso de la inflación en 2024 debería ser mucho más gradual que en 2023, ya que en la mayoría de las economías de mercado desarrolladas la inflación se acerca al objetivo, pero no lo alcanza", afirma Carpenter. Por otro lado, este estratega cree que la inflación debería seguir bajando en los mercados desarrollados, mientras que en los mercados emergentes el descenso podría ser más gradual debido a la volatilidad de los precios de los alimentos y la energía.
¿CUÁNDO LLEGARÁ EL RECORTE?
Los bancos centrales de los mercados desarrollados han señalado que mantendrán los tipos de interés más altos hasta que estén convencidos de que la inflación ha alcanzado los niveles deseados. Hasta ahora, apuntan desde Morgan Stanley, la fortaleza de los mercados laborales ha permitido a los responsables políticos subir los tipos sin provocar un aumento alarmante del desempleo. Pero el pivote está cerca.
En los últimos días, la Reserva Federal (Fed) anunció un cambio importante en el sesgo de su política monetaria y guardaron el traje de 'halcón' para vestirse de 'palomas' al anunciar que prevén hasta tres recortes de los tipos de interés en 2024. "Creemos que hemos hecho lo suficiente, aunque no estamos fuertemente convencidos, y no queremos descartar la posibilidad de nuevas subidas, aunque ya no es el caso base", reconoció el presidente Jerome Powell.
De su lado, el Banco Central Europeo (BCE) ha adoptado una aproximación más pragmática, asegurando que los tipos de interés seguirán siendo altos durante el tiempo que sea necesario. "No hemos discutido recortes de los tipos de interés. Todavía hay trabajo que hacer y eso pasa por mantener los tipos", aseveró con rotundidad la presidenta Christine Lagarde durante la rueda de prensa posterior al último cónclave monetario del año del BCE.
En este sentido, siempre que la inflación continúe con su trayectoria descendente, Morgan Stanley espera que los bancos centrales de EEUU y de Europa empiecen a recortar los tipos a mediados de 2024. En el caso de la Fed, la herramienta FedWatch otorga más de un 80% de probabilidad a que esta primera reducción llegue en marzo.
"Una vez que la inflación estadounidense se normalice, ayudará a allanar el camino para los recortes de tipos en toda América Latina. Japón, que ha mantenido una política de tipos de interés cero, probablemente eliminará algunos controles a principios de 2024, con una posible subida de tipos en julio de 2024. Es probable que China siga manteniendo los tipos bajos en un contexto de inflación contenida", añaden desde Morgan Stanley.
No obstante, como han recordado Powell y Lagarde, todavía es pronto para cantar victoria. Ambos banqueros han anunciado que sendos bancos centrales pueden cambiar de rumbo, manteniendo los tipos más altos si resurge la inflación o recortándolos más rápidamente si el crecimiento se estanca y el desempleo aumenta. En particular, explican desde Morgan Stanley, una aceleración del crecimiento en Estados Unidos podría indicar que la Reserva Federal se ha quedado corta y podría tener que subir más los tipos para frenar la inflación. Esto también podría aumentar los riesgos en todo el mundo, poniendo a los bancos centrales entre el crecimiento y la inflación.
"Aunque las recesiones siguen siendo un riesgo en todas partes, esperamos que cualquier recesión en nuestro escenario base (como en el Reino Unido) sea poco profunda porque la inflación está cayendo con pleno empleo", afirma Carpenter.
CRECIMIENTO DESIGUAL
Por otro lado, Morgan Stanley predice que la expansión del Producto Interior Bruto (PIB) mundial se reducirá al 2,8% en 2024 y al 2,9% en 2025, desde el 3% de 2023. La firma estadounidense prevé que el crecimiento en los mercados desarrollados siga siendo "moderado", mientras que el panorama será claramente "desigual" en los emergentes.
En Estados Unidos, estos analistas calculan que el crecimiento debería ralentizarse hasta el 1,9% interanual en 2024 y el 1,4% en 2025, frente al 2,4% estimado para 2023, a medida que los tipos de interés más altos y una política monetaria más restrictiva se abran paso en el sistema financiero. Los economistas también prevén que el gasto de los consumidores estadounidenses comience a ralentizarse de forma más significativa en 2024 y 2025, impulsado por el enfriamiento del mercado laboral, que pesa sobre la renta real disponible, y unos tipos elevados que ejercen una mayor presión sobre los costes del servicio de la deuda.
En el caso de la zona euro, podría registrar un aumento del PIB del 0,5% en 2024, reflejando los efectos de las perturbaciones del suministro energético, especialmente en Alemania, principal economía de la región. El crecimiento, añaden, debería acelerarse hasta el 1% en 2025, impulsado por los descensos de la inflación y la resistencia del mercado laboral, que podrían elevar los ingresos ajustados a la inflación y el gasto de los consumidores.
En las islas británicas, es "probable" que el Reino Unido experimente un lastre a corto plazo como consecuencia de las huelgas en los sectores sanitario y del transporte. Según Morgan Stanley, la economía podría entrar en una recesión técnica a principios de 2024, con un avance del 0,5% a finales de año, que aumentaría hasta el 1% en 2025.
Es probable que el Reino Unido experimente un lastre a corto plazo como consecuencia de las huelgas en los sectores sanitario y del transporte. La economía podría entrar en una recesión técnica a principios de 2024, con un avance del 0,5% a finales de año, que aumentaría hasta el 1% en 2025.
Por otro lado, los mercados emergentes presentan situaciones muy heterogéneas. Por ejemplo, Morgan Stanley cree que la expansión de India, Indonesia y Filipinas será contrarrestada por el "tibio" crecimiento de China, que ha defraudado las expectativas de recuperación y crecimiento tras la reapertura de la crisis y ven un "camino lleno de baches" para volver a un crecimiento estable, pero esperan que Pekín responda con políticas que estimulen la economía.
En el caso de Japón, se espera un crecimiento nominal significativo (5,4% en 2023) en medio de la gran salida de la economía de las décadas perdidas. Sin embargo, el crecimiento salarial y la fuerte inflación interna deberían mantener el crecimiento del PIB nominal en el 3,6% en 2024. "El crecimiento del PIB real (tras tener en cuenta la inflación) debería ser del 1% en 2024, y del 1,1% en 2025", indican.
Por otro lado, en Europa Central, Oriente Medio y África, la situación es variada. Polonia debería empezar a recuperarse, con un crecimiento del 3,4% en 2024, frente al 0,7% de este año. El crecimiento de Hungría y la República Checa será mayor, mientras que Turquía experimentará una ralentización. Además, Israel observará cómo el impacto del conflicto de Gaza debería contenerse hasta el cuarto trimestre de 2023, seguido de una rápida recuperación en los tres primeros meses de 2024.
Por último, en América Latina, Morgan Stanley prevé un crecimiento moderado en Brasil, con un crecimiento real del PIB del 1,7% en 2024 y del 1,6% en 2025, por debajo del 3,1% estimado para 2023. Es probable que el crecimiento en México sea del 2,3% en 2024 y del 2,2% en 2025, frente al 3,4% estimado para 2023, ya que la fortaleza de los mercados laborales y las remesas impulsan el consumo, y la deslocalización cercana sigue apuntalando la economía. La economía de Chile repuntará, Colombia sufrirá una desaceleración y la recesión en Argentina probablemente se agravará.