Los expertos avisan de que el banco recortará tipos en próximas reuniones hasta dejarlo en negativo
En plena resaca de las elecciones de EEUU, donde el ganador aún debe acabar de aclararse y sobre las que pende una impugnación judicial que impactará en el mercado, el Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés) ha anunciado su decisión de política monetaria. El organismo ha cumplido las previsiones del consenso y ha aumentado su programa de compra de activos en 150.000 millones de libras, hasta 895.000 millones. Los analistas anticipaban una nueva ronda de estímulos de 100.000 millones de libras esterlinas ante la dureza con la que la segunda ola del Covid ha azotado a Reino Unido.
Al igual que en el caso del Banco Central Europeo (BCE) en octubre, la pandemia ha alterado materialmente las previsiones de la economía a corto y medio plazo. “A diferencia del BCE, el Banco de Inglaterra ha contado con unos días de preaviso, ya que el nuevo cierre en Inglaterra se anunció el pasado fin de semana -y ha entrado en vigor este jueves-, a diferencia de las restricciones alemanas y francesas que se introdujeron apenas 18 horas antes de que se anunciaran las decisiones políticas del banco central de la zona euro”, indican los expertos de BNY Mellon.
“El ritmo actual de las compras parece estar logrando lo que el BoE quiere, pero los riesgos se inclinan hacia una disminución de las adquisiciones mensuales, dada la probable ralentización de la emisión”, indica los analistas de Bank of America por su parte. También vemos posibles mejoras en los términos del TFS, para tratar de contrarrestar el endurecimiento de las condiciones financieras para los hogares.
En su reunión de noviembre, el supervisor monetario ha aplicado más estímulos porque ha empeorado sus previsiones económicas, ya que ahora anticipa una caída del PIB británico en 2020 del 11%, frente a su anterior previsión del 9,5%. Y para 2021, anticipa un crecimiento del PIB del 7,2%, frente a su anterior pronóstico del 9%. Además, ha subrayado que "el Comité continuará monitoreando la situación de cerca. Si las perspectivas de inflación se debilitan, está listo para tomar cualquier acción adicional que sea necesaria para lograr su cometido". Sin embargo, ha aclarado que no tiene la intención de endurecer su política monetaria "al menos hasta que haya evidencia clara de que se está logrando un progreso significativo en la eliminación de la capacidad excedente y el logro de la meta de inflación del 2% de manera sostenible".
No obstante, los analistas consultados señalan que bajar los tipos es casi la única bala que le queda en la recámara al banco central, pero los miembros del Comité de Política Monetaria de La Vieja Dama de la calle Threadneadle, serán reacios a “apretar el gatillo”, por lo que Bank of America es de la opinión de que mantendrá la política actual hasta el verano próximo.
Aún así, “el crecimiento y el desempleo podrían hacer que la decisión se tome antes”, abundan estos analistas. De hecho, avisan el Banco de Inglaterra recortará las tasas a cero en febrero, dada la “probabilidad de que Brexit también recorte el crecimiento potencial de Reino Unido”.
LA LIBRA MIRA AL BREXIT
En cuanto a qué esperar de la libra esterlina ante esta cita, la moneda retoma el nivel de los 1,3000 dólares, ya que se acerca el fin de semana, cuando se celebrará una nueva jornada de negociaciones entre Londres y Bruselas, por lo que los inversores prestarán atención a la misma, sin descartar la posibilidad de un Brexit duro.
Este martes, informaciones de la Unión Europea (UE) indicaron que las negociaciones comerciales con el Reino Unido todavía están estancadas en lo que respecta a las zonas de pesca y la igualdad de condiciones, mientras que se han reportado avances en el tema de las ayudas estatales. "Dado que los titulares del Brexit aún son probables en los próximos días, la volatilidad de la libra esterlina podría superar a la de otras monedas en el G10", inidican expertos de Monex Europa.