El año pasado, España superó el umbral de los 85 millones de turistas internacionales recibidos
El Banco de España cree que hay "márgenes de mejora adicionales" los flujos turísticos hacia nuestro país después de que, en 2023, España superara el umbral de los 85 millones de turistas internacionales recibidos, casi dos millones por encima del máximo histórico registrado en 2019.
"De cara al futuro, todavía no está definido en qué medida podría continuar el proceso de diversificación -y de mejora de la calidad- de los flujos turísticos hacia nuestro país documentado en este artículo. En principio, aún habría dos márgenes de mejora adicionales", señala el organismo en su último Boletín Económico.
Como explica, por un lado, la recuperación del turismo de negocios, que en 2023 se encontraba casi un 3% por debajo de los niveles previos a la pandemia, de acuerdo con la información procedente del INE, y que, además, presenta un patrón menos estacional que el turismo de ocio y vacaciones.
Por otro lado, también cabe esperar un cierto impulso procedente de la recuperación de las llegadas de turistas provenientes de países que aún no han recuperado sus cifras prepandemia, como es el caso de Japón, que, además, se caracteriza por presentar un gasto medio por turista elevado.
Adicionalmente, "la recuperación esperada de las economías europeas tras el impacto de la crisis energética y la mejora de las rentas reales de su población podrían ser factores de soporte adicional a corto y medio plazo". No obstante, avisa de que estas perspectivas están rodeadas de una elevada incertidumbre.
"Desde un punto de vista coyuntural, la intensidad de los flujos turísticos hacia nuestro país seguirá dependiendo, en cierta medida, de la evolución de las tensiones geopolíticas en algunas regiones competidoras y del vigor de la recuperación económica global. Desde un punto de vista estructural, el sector turístico se enfrenta a algunos desafíos de gran calado que no conviene minusvalorar", expone.
Entre ellos, destaca la adaptación al proceso de transición energética y la adopción de las nuevas tecnologías digitales. En este sentido, resalta que nuestro país está particularmente expuesto a los riesgos físicos asociados al cambio climático, "por lo que el impacto del calentamiento global sobre la actividad turística podría incidir de manera más adversa de lo observado en los últimos años".
Asimismo, sobresale el reto de lograr un "uso eficaz de los fondos Next Generation EU para dirigir los proyectos de inversión hacia la mejora de las infraestructuras de transportes y la regeneración de las áreas turísticas más congestionadas", dice.