El BCE recuerda que solo prestará ayuda si el país se somete a un programa de ajuste
El desafío que el Gobierno italiano ha lanzado a Bruselas con su Presupuesto para 2019 ha caído como un jarro de agua fría en toda Europa. Los expertos ya han alertado de que el déficit del 2,4% planteado por el Ejecutivo de coalición de La Liga y del Movimiento 5 Estrellas pone en riesgo la sostenibilidad de la deuda, que representa el 132% del PIB, y ha dejado tocados y casi hundidos a los bancos italianos, que son los más expuestos. Ahora corren el riesgo de quedarse 'colgados'.
Las cuentas italianas plantean un considerable aumento del gasto para el año que viene, lo que ha provocado que muchos analistas lancen mensajes de alerta. Por ejemplo, Oxford Economics ha dejado claro que estos presupuestos "hacen que la deuda italiana sea mucho más vulnerable a los riesgos externos" justo en un momento en el que "se esperaba que se estabilizase". Una idea con la que coincide Barclays, que dice que "no son insignificantes los riesgos de que el ratio deuda/PIB tome una senda ascendente" y que señala que las dudas que han surgido sobre la sostenibilidad de la deuda "expondrán a Italia a oscilaciones de la confianza del mercado". Otros van mucho más allá, e incluso hablan de un posible aumento de la deuda que podría desencadenar en otra crisis de deuda en Europa.
Italia debe entregar el borrador de las cuentas a las instituciones europeas el próximo 15 de octubre
Eso ha golpeado directamente a las entidades italianas en bolsa, que este viernes caían un 7,3% de media -el FTSE MIB cedía por su parte un 3,7%-, ya que según el Banco Internacional de Pagos (BIS por sus siglas en inglés) tienen una exposición cercana al 20% a los bonos soberanos del país. Los inversores saben que si hay problemas la ayuda puede no llegar precisamente por el desafío del Gobierno italiano a Bruselas, y eso ha provocado una oleada de ventas. Solo hay que recordar las palabras del ya exvicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) Vítor Constâncio, que el pasado mes de mayo, justo antes de dejar el cargo y ceder el testigo a Luis de Guindos, aseguró en una entrevista que el apoyo al mercado de bonos italiano estaba totalmente condicionado a que Italia cumpliera las normas fiscales de la Unión Europea.
"Toda intervención está sujeta a condiciones. El programa para intervenir en los mercados nacionales de bonos soberanos de países vulnerables sólo puede utilizarse si el país en cuestión también está de acuerdo con un programa de ajuste. Las normas son muy claras al respecto. Todo el mundo debería recordar eso", dijo Constâncio apenas dos días antes de que se llegase a un acuerdo para la formación de Gobierno en Italia.
El problema es que el acuerdo presupuestario no se ajusta a las exigencias de Bruselas, que había advertido de que podría rechazar un déficit superior al 2%. Italia debe entregar el borrador de las cuentas a las instituciones europeas el próximo 15 de octubre, tras presentarlo en el Parlamento italiano, y será en noviembre cuando la Comisión Europea entregue sus recomendaciones.
Hasta entonces, dicen los expertos, sólo se puede esperar más y más volatilidad. "Es posible que no se necesite mucho para desencadenar una importante venta en los mercados de bonos italianos que debilitaría a los bancos, endurecería las condiciones de financiación y frenaría aún más el crecimiento económico", aseguran desde Berenberg. De momento, este viernes la presión ya se ha dejaba sentir, y la rentabilidad del bono italiano a 10 años frente al Bund alemán se disparaba considerablemente (casi un 9%) hasta situarse en el 3,15%, tras haber cerrado el jueves en el 2,89%. Alcanzaba así su cota más alta desde finales del mes de agosto.
Los inversores creen que el Presupuesto puede hacer que Italia y la UE choquen. Sobre todo porque no se descarta que Bruselas pueda presionar al Ejecutivo italiano para que retoque sus cuentas, lo que añadiría aún más tensión a los mercados. "Durante todo el proceso presupuestario prevalecerá un alto grado de tensión en las relaciones entre el Gobierno y Bruselas", dice Natixis, mientras que Rabobank afirma que "la insatisfacción del mercado garantizará que haya un precio que pagar" por el órdago italiano.
El aumento de la rentabilidad de los bonos italianos no sólo ha presionado al FTSE MIB, sino también a otras bolsas. El Ibex 35, sin ir más lejos, cerraba el viernes con una caída del 1,4% y perdiendo, de nuevo, los 9.400 puntos. La banca española sucumbió a la presión y fue una de las mayores damnificadas, registrando pérdidas del 2,47%. Y eso que no tiene demasiada exposición a la deuda italiana. Según el Banco Internacional de Pagos, las entidades financieras de España tienen una exposición del 4,65%. Muy por delante se sitúan los bancos franceses (10,25%) y los portugueses (7,81%).
REVISIONES DE RATING
Aunque los problemas pueden no acabar ahí. Los inversores también están a la espera de las actualizaciones de la calificación de las agencias S&P, prevista para el 26 de octubre, y Moody's, que comunicará su decisión antes de que acabe octubre, aunque todavía no ha confirmado una fecha. Según Natixis, "es probable que la importante expansión fiscal prevista para los próximos años se materialice en una rebaja de la calificación de Italia a BBB-". "Y como consecuencia, los bonos italianos podrían caer más", señalan los expertos de esta firma, con los que coinciden los analistas de Berenberg, que dicen que una rebaja del rating "aumentaría la presión sobre el rendimiento de los bonos soberanos".