Este mercado se ha mostrado resiliente y presenta unas proyecciones significativamente positivas
Las previsiones de recuperación y crecimiento del mercado inmobiliario son alentadoras. El sector, que se ha mostrado resiliente, presenta unas proyecciones significativamente positivas y se acerca a pasos agigantados a niveles anteriores a la pandemia, imponiéndose a las incertidumbres sembradas tras el Covid-19. ¿Cómo afronta el 'real estate' este 2022?
Las cifras de producción, las transacciones y el precio de la vivienda han experimentado un sólido crecimiento como consecuencia del aumento de la confianza ante la mejora de la situación sanitaria y económica respecto al escenario de 2020. En el lado de la oferta también se prevé un incremento de la inversión, volviendo a niveles muy similares a los de 2019. En este escenario, la elevada liquidez, el sólido apetito inversor y la fortaleza del tejido industrial, sumado a la recuperación de la actividad económica, motivan el fortalecimiento de un sector inmobiliario.
Así lo estiman desde KPMG. Señalan, sin embargo, que el 'real estate' permanece vigilante ante los posibles riesgos derivados del aumento de la presión regulatoria, la creciente incertidumbre del rumbo de la economía ante el encarecimiento de las materias primas, el bloqueo del transporte internacional y los efectos derivados de la inflación. Este último factor preocupa especialmente en el caso de que las presiones inflacionarias se prolonguen en el tiempo.
Según explican en un informe, el 'real estate' afronta un 2022 en el que deberá asentar las bases de su transformación ante una nueva realidad, apoyándose en nuevas estructuras de capital, bajos tipos de interés y el mayor nivel de ahorro privado existente, pero vigilando los importantes retos que tienen por delante. Los nuevos requerimientos exigidos por los inversores institucionales cada vez más presentes en todos los 'asset class', las inversiones necesarias y retornos para la aceleración de la trasformación sostenible y digitalización del sector, el impacto del mayor intervencionismo regulatorio y la gestión de la escasez de materia prima para acometer nuevos desarrollos serán los grandes retos que acometerá el sector este nuevo año.
"Con la única incertidumbre de la manera de afrontar los retos anteriormente mencionados, prevemos un año de crecimiento generalizado en todos los 'asset class' en 2022", constata el socio responsable del sector de 'real estate' de KPMG en España, Ramón Gayol.
Considera que hay un mercado inmobiliario cada vez más institucionalizado en todas las tipologías de 'asset class', poniendo especial atención a inversiones cuya rentabilidad vaya indexada al Índice de Precios de Consumo (IPC), lo que responderá a un efecto defensivo ante la incertidumbre de la evolución de inflación en el medio plazo. "Tampoco hay que olvidar el impacto positivo que han tenido en el sector las ayudas públicas, que han servido para amortiguar los peores momentos de la crisis, y las futuras decisiones por parte de las distintas Administraciones Públicas para su devolución", añade.
Otra tendencia que creen relevante de cara a 2022 es la elevada presión inversora, que augura un mayor nivel de operaciones a precios elevados dada la escasez de producto existente. En este sentido, "el mercado seguirá considerándose un valor refugio en un contexto de gran liquidez y volatilidad en las bolsas".
Respecto al comportamiento del mercado de capitales, teniendo en cuenta las operaciones protagonizadas por el sector, Gayol vaticina que se seguirá produciendo "mucha actividad, con nuevas y numerosas emisiones de deuda y deuda verde y salidas a mercados cotizados, principalmente todas aquellas sociedades con régimen de socimi, que regulatoriamente se les requiere la cotización". Salvo estas excepciones, no prevé que se vaya a abrir el mercado bursátil durante este año para el sector.
Por otro lado, sobre el 'build to rent', estiman que durante este año habrá un continuo crecimiento de la oferta y nuevos proyectos de vivienda en alquiler impulsado por la fortaleza de los factores que empujan la demanda, la institucionalización y el efecto dinamizador ante la llegada de los fondos europeos. En este sentido, los propietarios e inversores serán grandes institucionales, que "seguirán invirtiendo en el crecimiento de sus porfolios para ganar volumen y obtener sinergias en su gestión, lo que provocará muchísima actividad en este nicho durante los próximos meses", explica Gayol. De esta manera, el 'build to rent' continuará su rápido crecimiento durante 2022, pues se convertirá en otro 'asset class'.
Por todo esto, desde KPMG apuestan a que el 'real estate' se adentra en un marco favorable para su transformación y consolidación como gran motor de la economía española.