Asempleo contabiliza 900.000 ERTE y 400.000 empleos destruidos en un año

Entre marzo y mayo de 2020 dejaron de trabajar más personas que durante toda la crisis de 2008-2013

Bolsamanía
Europa Press | 26 abr, 2021 10:07 - Actualizado: 11:12
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Álex Cámara - Europa Press - Archivo

El primer año de pandemia ha cerrado con 900.000 trabajadores en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y con 400.000 empleos destruidos, según un informe en el que se comparan datos de febrero de 2021 con los del mismo mes de 2020, publicado este lunes por Asempleo.

La hostelería, el comercio y las actividades de ocio concentran ocho de cada diez empleos destruidos en este periodo. En concreto, en el comercio han desaparecido casi 98.000 puestos de trabajo y la hostelería ha perdido casi 300.000 empleos respecto a febrero de 2020.

Estos negativos contrastan con un aumento de la ocupación en las actividades sanitarias, que suman 87.100 puestos y en las Administraciones Públicas, que incorporaron cerca 42.000 empleados entre febrero de 2020 y el mismo mes de 2021.

El principal ajuste del empleo en el primer año de pandemia se produjo en el segundo trimestre de 2020: entre marzo y mayo dejaron de trabajar más personas que durante toda la crisis de 2008-2013, según resalta Asempleo.

"Entre el 11 de marzo y el 30 de abril 950.000 personas perdieron su empleo, y otros 3,4 millones de trabajadores pasaron a una situación de ERTE. La pasada crisis económica, el mercado laboral español tardó cinco años en destruir alrededor de 3,1 millones de empleos y otros siete años en recuperarlos", subraya la patronal de agencias privadas de empleo.

El informe señala que las provincias que presentan un menor exceso de mortalidad durante los últimos doce meses son, paradójicamente, las provincias que más empleo han destruido (las vinculadas al turismo especialmente).

Asempleo destaca que, en este contexto, han resultado "fundamentales" las medidas de flexibilidad laboral, tanto las de naturaleza externa (ajustes de plantilla a través del trabajo temporal) como las de carácter interno (ERTES, teletrabajo).

Así, la modalidad del teletrabajo en España pasó de representar el 8,3% en 2019 al 19,1% en el segundo trimestre de 2020, al tiempo que más de 3,4 millones de trabajadores estaban inscritos en un ERTE a finales de abril del año pasado, cifra que se ha ido reduciendo, hasta situarse en febrero de este año en unos 900.000 empleados.

"La llegada del frío y de la segunda y tercera ola de la pandemia provocaron que los afectados por ERTE se incrementaran alrededor de un 50% entre octubre de 2020 y febrero de 2021, manteniéndose en una horquilla de entre 600.000 y 900.000", explica Asempleo.

LA RECUPERACIÓN DEL PIB NO PERMITIRÁ ACABAR CON LOS ERTE

El presidente de Asempleo, Andreu Cruañas, ha subrayado que el balance de estos doce meses de pandemia para el mercado laboral supone un nuevo retroceso en la superación de los problemas del mercado laboral español.

"Aunque la actividad ha ido de menos a más, desde un enero muy flojo hasta un marzo más dinámico, el trimestre que acabamos de terminar ha sido negativo para el mercado de trabajo", apunta Cruañas.

En su opinión, el segundo trimestre marcará la reanudación de la recuperación de la economía gracias a la aceleración del ritmo de vacunación. Asempleo estima que a finales de junio el 77% de la población española habrá recibido al menos una dosis de la vacuna y el 41% tendrá ya la pauta completa.

"Con estas cifras, el inicio del verano puede coincidir con un grado de inmunización que permita relajar de manera gradual las restricciones y acercarse más al nivel de actividad previo a la pandemia", afirma el presidente de Asempleo.

No obstante, advierte de que la recuperación del PIB "no resolverá de golpe" los problemas pendientes en el mercado de trabajo, empezando por la reabsorción de los trabajadores en ERTE, concentrados en los sectores que más dependen del turismo.

A su juicio, cuando se reactive la demanda de trabajo será el momento de impulsar mecanismos que faciliten la movilidad sectorial y geográfica, así como la recualificación de trabajadores que no puedan mantener sus ocupaciones anteriores.

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