Es el análisis de Michael Hewson, analista jefe de mercado en CMC Markets UK
La publicación de las actas de la última reunión de la Fed han generado una gran incertidumbre alrededor de cuáles serán los próximos pasos a dar por la Reserva Federal y cuán alta será la subida de tipos en la reunión de septiembre.
"Los responsables políticos en EEUU se han inclinado hacia el lado agresivo en los comentarios realizados esta semana, podríamos estar empezando a ver algunas pruebas de que el riesgo se está eliminando de la mesa", ha señalado Hewson.
Los mercados de divisas también han comenzado a descontar la perspectiva de que es poco probable que la Reserva Federal pise el acelerador a la hora de seguir subiendo las tasas antes de finales de año, y el dólar estadounidense "ha arrasado con todo esta semana con fuertes ganancias en todos los ámbitos", ha indicado el analista.
"Este mensaje no parece estar afectando a los mercados de valores, pero en algún momento lo hará, probablemente en Jackson Hole la próxima semana cuando el presidente de la Fed, Powell, pronuncie su discurso de apertura".
Mientras tanto, el dólar estadounidense sigue beneficiándose del hecho de que tiene más margen para subir los tipos de interés que sus pares, dado que su economía ha mostrado encontrarse en mejor forma que la de la mayoría del resto de países.
"La libra ha seguido mostrándose débil, deslizándose aún más por debajo del nivel de 1,2000 frente al dólar estadounidense, ya que la confianza del consumidor del Reino Unido cayó a un nuevo mínimo histórico en agosto. En el lado positivo, las ventas minoristas en julio aumentaron inesperadamente un 0,3 %, ya que los consumidores salieron y compraron artículos para hacer frente a la ola de calor que asolaba el país, mientras que los precios más bajos de la gasolina también ayudaron. Esto bien podría ser lo mejor posible con los precios de la gasolina que ya están en máximos históricos o cerca de ellos", ha analizado Hewson.
"El euro también parece fuerte de nuevo, retrocediendo hacia la paridad", después de que el IPP alemán alcanzara un nuevo máximo histórico del 37,2 % en julio, contradiciendo las previsiones de una caída al 31,8 %. Estos datos aumentarán la presión sobre el Banco Central Europeo para que suba los tipos de interés en la reunión del próximo mes.