La recesión podría no ser tan profunda como muchos vaticinaban
Parece que hay buenas sensaciones sobre la economía de la eurozona. Al menos eso se desprende de las actualizaciones que han hecho diversas casas de análisis y bancos de inversión sobre el Producto Interior Bruto (PIB) de la región del euro de cara a este año y al próximo. Ni la recesión será tan profunda como se esperaba, ni el rebote posterior tan marcado. Eso sí, los expertos avisan de que no se han de lanzar las campanas al vuelo: “El choque está ahí, aunque se suavice”.
Son palabras de los estrategas de Bank of America (BofA), que en un reciente informe han actualizado sus proyecciones para la economía de la zona euro. Tras hacer lo propio Goldman Sachs, en BofA esperan “un crecimiento del 0,4% para 2023 (+40 pb) y del 0,9% para 2024 (sin cambios)”, dicen sus expertos, que justifican su postura por varias razones.
Primero, por el “clima invernal suave” que está viviendo, hasta ahora, la región. Segundo, por los “elevados niveles de almacenamiento de gas en los países más vulnerables al suministro”, lo que ha borrado los miedos sobre un posible desabastecimiento en plena época de frío. Y tercero, por los “menores precios del gas y de la electricidad al por mayor en toda la región”.
Como dicen desde BofA, “es probable que ahora se evite la recesión técnica suave del invierno 22/23” porque aunque la región “está sufriendo un choque persistente que limitará la actividad económica durante bastante tiempo”, si a una economía de mercado desarrollada como lo es la de la eurozona se le da tiempo y los incentivos adecuados, “tiende a suavizar los choques con el tiempo”.
“Por eso nunca hemos estado en el bando del ‘invierno desastroso’ y solo hemos pronosticado una leve recesión”, defienden estos expertos, que no obstante avisan de que “el choque está ahí, aunque se suavice, y de ahí la moderación de la actividad a lo largo del horizonte de previsión”.
Sobre la inflación, comentan que el cambio más importante en la previsión es la reducción de la trayectoria de los precios de la energía. “Esto podría dar lugar a un descenso ligeramente más rápido durante 2023 y la inflación podría situarse por debajo del 2% en 2024 antes de lo que esperamos actualmente”, dicen, aunque creen que es “poco probable” que la inflación se mueva mucho y, por tanto, también lo que que pueda cambiar la senda de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) a partir de ahora.
Por su parte, en Barclays han revisado las proyecciones macro para tener en cuenta “la resistencia de la demanda interna, la caída de los precios de la energía y los cambios de política”. Como dicen los analistas del banco británico, esperan “una recesión y una recuperación menos profundas, así como una inflación general más baja, pero una inflación subyacente más sólida”.
En concreto, siguen esperando tres trimestres consecutivos de crecimiento negativo del PIB real en la zona del euro, pero han reducido la profundidad de la recesión y la velocidad de la recuperación. Ahora proyectan un crecimiento del PIB real de la zona del euro del -0,1% en 2023 y del +0,8% en 2024, frente al -0,7% y el +1,0% anteriores.
Asimismo, desde Barclays explican que el descenso de los precios de la energía “acelerará probablemente la caída de la inflación general, mientras que la mayor resistencia de la actividad económica y el impulso de los precios se traducirán en una inflación subyacente más sólida”. Por ello han revisado sus previsiones sobre la inflación media general y subyacente hasta el 5,0%/4,3% en 2023 y el 2,4%/2,2% en 2024 (frente al 5,7%/3,8% en 2023 y el 2,1% y el 2,2% en 2024 anteriores), respectivamente.
LIGERA DESACELERACIÓN
En Berenberg auguran ahora una que la economía de la zona euro sufrirá solo una “ligera desaceleración”. Y es que, como dicen los estrategas de la firma alemana, desde principios de octubre “la actualidad europea ha mejorado mes a mes”, de forma que el riesgo de escasez de gas ha remitido, los precios del gas han bajado, la confianza de los consumidores ha empezado a recuperarse y las expectativas empresariales han subido.
“A pesar del fuerte impacto de la subida de los precios de la energía y los alimentos, agravado por unos costes de financiación menos favorables, la zona euro no parece sufrir más que una leve recesión invernal”. Por ello, han modificado sensiblemente sus proyecciones de forma que ahora desde Berenberg esperan que el PIB anual para 2023 mejore desde el -0,2% anterior al +0,3% actual, tras el 3,4% en lugar del 3,3% de 2022. “En conjunto, los cambios implican que el nivel del PIB real en 2024 será 0,3 puntos porcentuales superior al que habíamos previsto hasta ahora”.
También han modificado sus previsiones de inflación para 2024, al ver “una demanda más resistente a finales de 2022 y en 2023”. Los analistas de Berenberg creen ahora que los precios cerrarán el año que viene instalados en el 2,4%, en vez del 2,3% proyectado anteriormente.