Las plantas solares son las primeras afectadas por el polvo que está dejando la borrasca
La Península Ibérica ha sido testigo el martes y miércoles de un fenómeno un tanto atípico, sobre todo en estas dimensiones: los cielos totalmente anaranjados, y los coches, el suelo y los edificios cubiertos por una capa de polvo. La calima, que suele darse en Canarias por la cercanía al desierto del Sáhara, suele darse en primavera y verano, pero puede aparecer en cualquier época del año a causa de borrascas como la que tenemos actualmente sobre nosotros, 'Celia', pudiendo afectar directamente a la producción de energía.
Entre estas energías que pueden verse perjudicadas por este tipo de fenómenos, encontramos la solar, en su versión termosolar y fotovoltaica. Ambas necesitan los rayos del sol para producir, generalmente a través de los paneles solares.
Si la calima cubre el cielo y no permite que los rayos de sol penetren en los paneles, o el polvo los tapa ensuciándolos, se limita considerablemente la producción. Sin embargo, una reducción considerable puede conllevar la no operatividad de la planta, al no contar con la energía suficiente para arrancar los inversores o generar el salto térmico en el ciclo de vapor, según el análisis de la situación de 'Meteo for Energy'.
Las plantas termosolares en España suelen ser de 50MW y estos eventos, acompañados de lluvia de barro en el campo solar, pueden parar la producción durante aproximadamente 3 días. Teniendo en cuenta el precio medio del megavatio que tenemos estos días, de 250€/MWh, y que estas plantas con almacenamiento operan cerca de 18 horas al día en esta época del año, estamos hablando de una pérdida de 225.000 euros al día.
“Una correcta limpieza de los paneles de un campo solar es clave, pero suele ser uno de los conceptos olvidados y minusvalorados, donde en muchas ocasiones se prefiere ahorrar la inversión, hasta que llega una borrasca como Celia y te deja sin ingresos durante unos días”, comenta Ibon Salbidegoitia, socio fundador y director de I+D de 'Meteo for Energy'.
La predicción de polvo en suspensión y la evolución espacial del mismo es una rama de la meteorología que funciona de forma muy parecida a la evolución de las nubes en referencia al vapor de agua. Dicha predicción permite adelantar las medidas a tomar por el sector de la energía solar para minimizar el impacto que la calima pueda ocasionar. Por ejemplo, preparar equipos de limpieza que entren justo tras la tormenta de polvo o, en los campos solares con seguidor, inclinar las superficies para que se deposite la menor cantidad de polvo posible.