"Su historial no es tan malo, al menos a primera vista"
Las elecciones de Reino Unido están a la vuelta de la esquina (se celebran el próximo 4 de julio) y es hora de hacer balance de los 14 años de Gobierno 'tory', sobre todo porque las encuestas apuntan a una aplastante victoria del Partido Laborista que, si se cumple, terminará con la hegemonía de los Conservadores durante casi tres lustros. ¿Cómo ha influido la hegemonía de los 'tories' en la economía de Reino Unido durante todo este tiempo?
"El historial económico general de los conservadores no es tan malo, al menos a primera vista", reconocen los estrategas de Berenberg en un reciente informe sobre la cita electoral, en el que detallan que desde que los 'tories' asumieron el cargo en el segundo trimestre de 2010, la economía de Reino Unido "se ha expandido un 21,5%, por delante del aumento del 16,9% en la eurozona".
Asimismo, comentan estos analistas, no se puede olvidar que durante todo este tiempo el país ha logrado "aumentar el empleo en un 13%, nuevamente por encima del 11,9% de la eurozona".
Pero una cosa queda clara: "El Brexit lo estropeó todo". Según afirman los expertos de la firma germana, el veredicto "aparentemente positivo" de los años de gobierno conservador viene, sin embargo, acompañado de "dos inconvenientes importantes". ¿Cuáles?
Pues, como explican, en primer lugar, el hecho de que Reino Unido logró su ventaja sobre la eurozona con una política fiscal "insostenible", aumentando su ratio de deuda pública/PIB en 36,3 puntos porcentuales (del 64,9% en 2009 al 101,2% en 2023), frente a un aumento de apenas 8,3 puntos porcentuales, del 80,3% al 88,6% para la eurozona.
En segundo lugar, remarcan desde Berenberg, no se puede ignorar que el país "obtuvo su ventaja general durante el período de 14 años solo en los años previos a principios de 2016, cuando se benefició de los crecientes vínculos comerciales dentro de Europa". Y es que, resaltan estos analistas, desde el referéndum sobre el Brexit de junio de 2016 Reino Unido "ha tenido un desempeño inferior al de la economía de la eurozona".
¿Por qué? Pues entre otras cosas, apuntan estos expertos, debido a la "debacle de la inversión". Según explican, la inversión empresarial en el Reino Unido, que había crecido a un ritmo mucho más rápido que en la eurozona hasta principios de 2016, se estancó poco después de la votación del Brexit, mientras que siguió aumentando como antes en la eurozona.
"La incertidumbre sobre el acceso futuro a su principal mercado externo convirtió al Reino Unido en un lugar menos atractivo para la inversión", aseveran estos analistas, que indican que las "locuras" de los primeros ministros Boris Johnson y Liz Truss "tampoco ayudaron".
De esta forma, "la escasez de inversión se ha cobrado un alto precio en el crecimiento y la productividad del Reino Unido". Y dado que el ritmo reducido de crecimiento dependió más de la incorporación de trabajadores que de máquinas, el déficit de inversión contribuyó a aumentos elevados de los salarios, los costes laborales unitarios y la inflación subyacente.
"Es alentador que la inversión del Reino Unido se haya recuperado en los últimos años, respaldada por reglas de depreciación más generosas y el acuerdo de Rishi Sunak con la UE sobre Irlanda del Norte, que eliminó el riesgo de una guerra comercial entre la UE y el Reino Unido".
¿QUÉ LE ESPERA A LOS BRITÁNICOS?
En cualquier caso, remarcan desde Berenberg, "parece inevitable que se produzcan modestos aumentos de impuestos en los próximos años", aunque lo cierto es que el líder laborista Keir Starmer "ha hecho todo lo posible para asegurar a los votantes y a las empresas que cualquier reparación fiscal se haría de manera que no perjudique significativamente las perspectivas de crecimiento".
En cambio, "mejores relaciones con la UE y una reforma sensible, aunque poco ambiciosa, de las normas de planificación para dar cabida a más casas cerca de donde están los empleos podrían respaldar el crecimiento con el tiempo", comentan los analistas de la firma germana.
Asimismo, opinan que Starmer "podría esperar permanecer en el poder durante al menos dos mandatos, eso si mantiene a raya a los propios radicales de su partido", ya que es de esperar que los 'tories' se radicalicen y giren hacia la derecha tras perder el poder, antes de que vuelvan a ser elegibles volviendo al centro.
Eso, recuerdan, es lo que le pasó al Partido Laborista, que "ha descarriado dos veces después de dejar el número 10 de Downing Street a Margaret Thatcher en 1979 y nuevamente a David Cameron en 2010", por lo que es probable que los conservadores "giren hacia la derecha ahora, posiblemente cayendo bajo el hechizo del archi-brexista Nigel Farage".