La Comisión Europea quiere que en 2019 se cambie por última vez el reloj
Vuelve el cambio de hora y, con él, el debate. En la madrugada de este domingo a las 03.00 serán las 02.00 y volveremos al horario de invierno. Una de las razones que esgrimen los que defienden el cambio es la del ahorro, aunque las estimaciones apuntan que cada hogar 'solo' ahorra 6 euros. Por eso la Comisión Europea ha puesto fecha al fin de esta práctica: en 2019 se cambiará por última vez el reloj.
Bruselas ha decidido acabar con esta práctica en la Unión Europea al no apreciar ventajas económicas que compensen las molestias que genera. Es decir, cree que los perjuicios que crea entre los ciudadanos son mayores que posibles beneficios como el ahorro energético.
Bruselas quiere acabar con esta práctica al no apreciar ventajas económicas que compensen las molestias que genera a los ciudadanos
En España, según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el ahorro energético potencial en iluminación alcanza los 300 millones de euros, el equivalente al 5% del total. De esa cantidad, solo 90 millones corresponden a los hogares, que pueden ahorrarse unos 6 euros de media con el cambio de hora. Los restantes 210 millones se reparten entre las oficinas y la industria.
Aunque ese es el ahorro potencial que se conseguiría con prácticas de consumo responsable y tomando medidas específicas, lo que no quiere decir que se logre totalmente. De hecho, según datos de Acierto.com, en España el ahorro se mueve en una horquilla de entre el 0,1% y el 0,5%, mientras que en otros países con menos horas de luz puede notarse algo más.
El ahorro que en realidad se produce con el cambio de hora es tan bajo porque, aunque amanece más temprano, lo que permite aprovechar mejor las horas de luz, también anochece antes, y eso obliga a consumir más durante la tarde-noche. Además, hay que añadir que es época de frío, lo que provoca un incremento del consumo eléctrico, tanto en los hogares como en las empresas, debido a la calefacción.
"Los europeos, en mayo de 2019, no van a aplaudirnos si seguimos dos veces al año cambiando la hora. El cambio de hora debe ser suprimido", dijo el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el pasado mes de septiembre. Se refería a las elecciones europeas, que se celebrarán el año que viene, aludiendo a que los ciudadanos pueden 'castigar' a los partidos si no se resuelve este asunto de una vez.
EL ÚLTIMO CAMBIO DE HORA
Bruselas pretende que el último cambio de hora obligatorio se produzca en marzo de 2019. Tras ello, si los Estados miembro desean volver al horario de invierno (tendrán de plazo para comunicar a qué horario quieren acogerse hasta abril de 2019) podrán efectuar un último cambio de hora el domingo 27 de octubre de 2019, y ya desde ese momento el horario permanecerá invariable para todos. Esa es su idea, aunque no está claro que vaya a salir adelante, porque este calendario está supeditado a la adopción de la propuesta de la Comisión por parte del Parlamento Europeo y el Consejo. Es decir, que aún debe votarse.
En España, mientras tanto, el debate sigue abierto. El Gobierno creó el pasado mes de septiembre una comisión de expertos que estudiará las consecuencias de un hipotético cambio de hora y si es más conveniente recuperar el huso horario de Europa Occidental, es decir, el mismo que tienen Portugal o Reino Unido y que es el que correspondería a España por encontrarse en pleno meridiano de Greenwich. El actual huso horario de España es el mismo que el de Berlín y se fijó en 1940 por la cercanía de Francisco Franco con Alemania.
Ahora España, como el resto de Estados miembro, debe decidir qué hacer, si se queda con el horario de verano o el de invierno, a sabiendas de que la decisión que se adopte será definitiva. Y es que en Europa están dispuestos a hacer caso a los ciudadanos, que se han pronunciado mayoritariamente en contra del cambio de hora.
En una consulta pública impulsada por Bruselas el 84% de los ciudadanos europeos que participaron (4,6 millones de personas de los 28 Estados miembro, cifra récord) se pronunció a favor de acabar con esta práctica. En el caso de los españoles, el 93% se mostró en contra del cambio de hora. Ahora la gran preocupación de Bruselas es que, sea cual sea la decisión de cada Estado, no se trastoque el funcionamiento del mercado interior, los transportes y las comunicaciones en la Unión Europea si finalmente se aprueba poner fin de forma permanente al cambio de hora.