No vemos ninguna razón real para sospechar que las turbulencias no seguirán
Todas las monedas del G10 cotizaron al alza frente al dólar en noviembre. La libra subió casi un 5% y, en el momento de escribir este análisis, cotiza en torno a su nivel más alto desde agosto. Aunque la mayor parte de este movimiento ha sido impulsado por la debilidad generalizada del dólar estadounidense, la estabilización de los mercados financieros de Reino Unido y las expectativas de que el Banco de Inglaterra seguirá subiendo los tipos de interés al menos hasta el primer trimestre del próximo año también han contribuido a la recuperación.
Noviembre fue también un mes bastante bueno para el euro, que vuelve a cotizar cómodamente por encima del nivel de paridad con el dólar. El alivio de la preocupación por la crisis energética europea y la creciente probabilidad de que se pueda evitar la escasez de energía y el racionamiento este invierno impulsaron a la moneda común, al igual que las expectativas de que al BCE todavía le queda camino por recorrer antes de poner fin a su ciclo de endurecimiento.
Sin embargo, no vemos ninguna razón real para sospechar que las turbulencias no seguirán en los mercados durante diciembre, aunque quizás serán menores que en los últimos meses. Como suele ser habitual, los mercados podrían entrar en un periodo relativamente más tranquilo conforme nos vamos acercando al periodo festivo, por lo que los niveles de volatilidad podrían estabilizarse (aunque esto no está garantizado ni mucho menos). En nuestra opinión, el principal motor que moverá el mercado de divisas seguirá siendo probablemente la preocupación por la recesión, además de la política monetaria de los bancos centrales. Las respuestas de estos a los niveles de inflación todavía elevados seguirán siendo vigiladas de cerca, sobre todo por parte de la Reserva Federal, que en su reunión de diciembre se dispone a dar un esperado giro dovish.
Los inversores seguirán prestando mucha atención a los próximos datos de inflación de este mes, que siguen siendo uno de los mayores riesgos para el crecimiento económico y el principal motor de la política monetaria de los bancos centrales de todo el mundo. Se prestará mucha atención a cualquier signo de que la inflación pueda haber tocado techo. En la Eurozona, la primera área del G10 en publicar los datos de inflación de noviembre, la inflación general cayó por primera vez en 17 meses, aunque el crecimiento de los precios subyacentes se mantuvo sin cambios y todavía es demasiado pronto para decir con convicción que la inflación ha tocado techo. En general, sin embargo, se observan signos de moderación de la presión de los precios de forma generalizada: los índices de sorpresa de la inflación de Citibank han vuelto a los niveles del primer semestre de 2021. A medida que se vayan conociendo más datos sobre la inflación, las expectativas de los tipos de interés se seguirán ajustando, lo que probablemente aportará un elemento de volatilidad a los mercados este mes.
Los mercados también estarán atentos a los PMI de actividad empresarial de S&P Global (datos preliminares el 16/12). Los últimos PMI compuestos de las tres principales áreas económicas mostraron que la actividad del sector privado permanece en territorio de contracción, lo que ha hecho aumentar la preocupación por la posibilidad de una recesión.
En suma, la relajación de las presiones inflacionistas, la reciente resistencia de los datos macroeconómicos de actividad y los giros dovish de algunos de los principales bancos centrales del mundo han llevado a una mejora generalizada del apetito por el riesgo en las últimas semanas. En general, los temores de recesión mundial han disminuido ligeramente en el último mes, y parece que el mercado hace tiempo que descontó gran parte de las malas noticias. Aparentemente, esto presenta un entorno propicio para un repunte de los activos de riesgo, y vemos una buena posibilidad de que el reciente y fuerte repunte del dólar estadounidense pueda (finalmente) llegar a su fin.