Los inversores esperan una Fed mucho más blanda tras el último dato de inflación
Continúa la debilidad en el dólar de Estados Unidos. El 'billete verde' ha marcado mínimos de más de un año frente a sus principales pares, una caída impulsada por el sorprendente dato de inflación de Estados Unidos de junio, el cual impulsó a las bolsas y hundió a la divisa norteamericana.
De hecho, el par EUR/USD se sitúa en niveles de finales de febrero de 2022, previos al estallido de la guerra de Ucrania y al inicio de los ciclos de subidas de tipos de interés de los bancos centrales. Desde que el euro perdiera la paridad el pasado agosto frente al dólar y el 'billete verde' marcara máximos intradía en 1,0482 euros el pasado 28 de septiembre, el par ha caído un 16% hasta los 0,877 euros con los que cerró la sesión de este martes.
Por otro lado, el índice del dólar (DXY), que mide la cotización del billete verde frente a una cesta de seis divisas, descendió ligeramente hasta 99,84 en las primeras operaciones de la sesión del martes, tras haber caído el viernes a su nivel más bajo desde abril de 2022. El índice también registró su peor semana de 2023 la semana pasada y acumula una caída del 3,5% en lo que llevamos de año.
En este sentido, los analistas de UniCredit Research afirman que la baja volatilidad del dólar sugiere que los inversores confían en que la divisa podría debilitarse aún más. "Todos estos son signos de que los inversores no tienen intención de tomar grandes beneficios ahora porque siguen convencidos de que el dólar tiene margen para debilitarse aún más", subrayan.
Estos movimientos parecen reflejar que el mercado ha tenido muy en cuenta la lectura del IPC de junio en Estados Unidos. Según los datos publicados este pasado miércoles por la Oficina de Estadísticas Laborales estadounidense, la inflación cayó al 3% en tasa interanual, frente al 4% registrado en mayo y por debajo de lo anticipado, ya que se esperaba un 3,1%. Por su parte, la tasa subyacente, que excluye alimentos y energía, retrocedió medio punto, hasta el 4,8%, mientras que el consenso apuntaba a un 5%.
Estos datos han cambiado las expectativas que el mercado tenía sobre las subidas de tipos que podría llevar a cabo la Reserva Federal (Fed), la cual mostró en sus actas de junio que estaba dispuesta a seguir pisando el acelerador aunque fuese de forma más gradual y espaciada. Algunos expertos creen que la Fed podría cometer un "error de política" tras este dato de inflación más bajo de lo esperado.
Los inversores dan por hecha una subida de 25 puntos básicos en julio, según los datos de la herramienta FedWatch de CME, pero parecen decantarse porque el banco central no ejecutará ninguna subida más en lo que queda de año y hay más inclinación hacia un posible recorte hacia finales de 2023 que a una subida adicional. Cabe señalar que algunos funcionarios de la Fed se han mostrado contrarios a aflojar su postura y han asegurado que contemplan alguna subida de tipos más en los próximos meses.
Por el contrario, desde el Banco Central Europeo (BCE) se han mostrado inflexibles y han advertido a los mercados que no esperen que se relajen los tipos de interés hasta 2025. En las últimas semanas, la presidenta Christine Lagarde avisó que es "poco probable" que se anuncie a corto plazo un pico en los tipos de interés. Sin embargo, los expertos de Pantheon Macroeconomics creen que el mercado "debería controlar los nervios", ya que las reducciones en los tipos de interés podrían comenzar el próximo año.
Por otro lado, la libra esterlina subió un 0,15% frente al 'billete verde' hasta 1,3094 dólares, lo que la sitúa cerca del máximo de la semana pasada de 1,3144 dólares, también su nivel más alto desde abril de 2022, ya que los inversores prevén un endurecimiento de la política monetaria del Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés). El pasado junio, el organismo aprobó su decimotercer aumento consecutivo y coloca las tasas en máximos de 15 años tras elevar los tipos de interés en 50 puntos básicos, más de lo esperado por el consenso.
No obstante, Victoria Scholar, directora de inversiones de Interactive Investor, ha indicado que "un dato de inflación en el Reino Unido más frío de lo esperado podría poner fin bruscamente a la reciente racha alcista de la libra esterlina".
Por otra parte, el yen japonés subió ligeramente a 138,66 por dólar y se mantiene a más de un 4% del mínimo de siete meses que alcanzó el mes pasado. El Banco de Japón (BoJ, por sus siglas en inglés), celebra su reunión de política monetaria la próxima semana, con los inversores debatiendo si el banco central comenzará a retirar gradualmente su política ultralaxa.
Según Ryota Abe, economista de SMBC, "más participantes en el mercado han descontado la posibilidad de que el Banco de Japón amplíe su banda de control de la curva de rendimientos en 25 puntos básicos en la próxima reunión".
De igual modo, el dólar australiano recortó algunas de las ganancias anteriores después de que las actas de la reunión de política monetaria de julio del Banco de la Reserva de Australia (RBA, por sus siglas en inglés) mostraran que la decisión de mantener los tipos de interés en el 4,1% se produjo porque la política era claramente restrictiva.
"La pregunta candente es si los niveles de los tipos de interés han tocado techo. Los mercados confían más en que el RBA se incline por otra pausa en agosto, con una probabilidad del 75% de una subida de 25 puntos básicos en agosto, frente al 48% de hace tan solo una semana", explica Kenny Fisher, analista de mercados de OANDA, quien señala que el próximo informe de empleo del país oceánico será clave para medir el sentimiento del mercado.