Se cumple una década del último tango del Barça y la Euroliga en París

Europa Press | 08 may, 2020 19:26
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La plantilla del Barça que conquistó en 2010 la Euroliga en París (Francia)FC BARCELONA

BARCELONA, 8 (EUROPA PRESS)

Este sábado 9 de mayo se cumple una década de la última conquista del Barça en la Euroliga, un 'último tango' blaugrana bailado en París por Juan Carlos Navarro, Ricky Rubio, Pete Mickael o Roger Grimau bajo la batuta de un Xavi Pascual que encumbró a un equipo equilibrado que, hasta la fecha, ha sido irrepetible en el Palau Blaugrana.

El Palais Omnisports de Bercy vio llegar a la cúspide a un equipo que perdió dos partidos en toda la campaña europea, que jugaba vistoso en ataque pero siempre amparados en una defensa impenetrable. Un estilo 'made in Pascual' que asombró a propios y a extraños y que, en la ciudad de la luz y del amor, se consagró.

Las 'Torres Gemelas' formadas por Fran Vázquez, quien acaba de confirmar que se retirará esta temporada, y Boniface N'Dong, los jugadores de casa como el capitán Roger Grimau, un Víctor Sada que se atrevió hasta con un triple clave cuando su rol era defender, Jordi Trias, Ricky Rubio y sobre todo Juan Carlos Navarro se juntaron con el 'guerrero' Pete Mickeal y la calidad de los Terence Morris o Erazem Lorbek.

Un equipo de lujo, que hizo 'piña' en el vestuario y que festejó en su hotel de la capital francesa la segunda Euroliga de la historia para la entidad. Una fiesta por todo lo alto, presidida por el trofeo, que se ganaron horas antes en la pista, superando al siempre peligroso y aspirante Olympiacos por 86-68. Con 21 puntos de 'La Bomba' Navarro, secundado por Lorbek y Mickeal.

Tras la Fase Regular, el 'Top-16' y los 'Play-offs', el entonces Regal FC Barcelona demostró ser el más fuerte. Tan sólo dos derrotas, ante el Partizán de Belgrado en el 'Top-16' y la que terminó siendo anécdota ante el Real Madrid en la serie de cuartos de final. En la final a cuatro, pese a ser una de las aficiones menos representadas, los culés se hicieron oír y el equipo respondió superando a CSKA Moscú y al equipo de El Pireo.

ENCONTRARON LA LUZ DE PARÍS

Pese a que el Barça de fútbol había ganado en París, en 2006, la Liga de Campeones, los blaugranas que botan y no dan patadas al balón, que encestan y no marcan, no guardaban buenos recuerdos de la capital francesa. En 1991, cuando la histórica Jugoplastika Split de Toni Kukoc y Zoran Savic se hizo con su tercer título consecutivo, y en 1996, con el famoso tapón ilegal sobre Montero que dio la victoria al Panathinaikos griego, los blaugrana perdieron sendas finales.

Pero en 2010 todo cambió. En la semifinal, ante un CSKA Moscú que les había superado en las semifinales de 2009, los blaugranas se cobraron la revancha (64-54) liderados por Ricky Rubio (10 puntos y 8 asistencias). "Estuve muy nervioso ante el CSKA, pero en la final hicimos un trabajo impresionante", recuerda Navarro en un documental de la Euroliga para celebrar la efemérides. Lo cierto es que no fue un partido ofensivo, pero el plan de Pascual salió a la perfección ante los rusos.

Y, en la gran final, Navarro acertó; fue un partidazo. El Barça estaba ante 40 minutos que les podían llevar a la gloria, y tomaron el camino más recto y seguro. Fue una autopista hacia lo alto del podio. Desde el salto inicial hasta que Roger Grimau alzó la Euroliga pasó de todo, hasta que el presidente, Joan Laporta, y varios jugadores del primer equipo de fútbol llegaran en mitad del partido y volvieran loca a la grada culé. En la pista, pase a pase, canasta a canasta, se impuso la lógica una vez explotó la 'Bomba'.

2020, ¿AÑO DE RELEVO?

Quizá esta temporada debía ser, y aún puede serlo, la del relevo. La planificación de la plantilla iba encarada a luchar por una Euroliga que es la gran cuenta pendiente del club. A diferencia del equipo de fútbol, el baloncesto sólo tiene dos en su palmarés, la de 2003 y la de 2010, y el club confeccionó un grupo pensado para triunfar en Colonia (Alemania).

Svetislav Pesic, que conquistó la primera, tiene en sus manos una gran plantilla que nada tiene que envidiar a la de Pascual en 2010. Si aquella era una de las tres mejores plantillas de la historia de la competición, a tenor del técnico catalán, la de este 2020, con Nikola Mirotic al frente, no se queda corta. Tiene todo por luchar y todo por ganar si quiere tomarse unas cervezas a la salud del histórico equipo de hace una década.

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