MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
El atleta español Bruno Hortelano ha afirmado sobre su preparación física y mental que, como "aún no ha llegado" la cita olímpica de Tokio debido al aplazamiento hasta el verano de 2021, él todavía "no" ha salido "de la cama del hospital metafóricamente".
"En Tokio culmina un largo trayecto, una Olimpiada, una odisea, un gran camino para mí como persona y como deportista también, pero más bien personalmente. Cuando yo estaba en el hospital, me hice la promesa de ir a Tokio si salía de la cama del hospital", ha dicho en una entrevista con la web oficial de los Juegos.
"Si salía de la cama del hospital, era para ir a Tokio. Y aún no ha llegado Tokio, por lo que no he salido de la cama del hospital metafóricamente. No he superado aquello aún, y por lo tanto sigo en la misma batalla. Y cansa, a veces cansa", ha reconocido el velocista.
Así, Hortelano ha descrito sus sensaciones en Río 2016. "Fueron cuatro años que tuve que soltar en un largo suspiro de dos días. Y no fui a la ceremonia de clausura; la vi desde la tele, en la Villa. Por una parte me dio pena, pero había algo dentro de mí que sabía que volvería a ir y por tanto supe que esa clausura ya la tendría, pero en otro momento. Espero tenerla en Tokio", ha indicado al respecto.
Además, ha recordado las secuelas inmediatas de su accidente de tráfico pocos días después de Río 2016. "Realmente me daba igual perder la mano si sabía que el cerebro y las piernas las tenía. Es difícil explicar esto con palabras, pero la aceptación de perder la mano estaba ahí. Y eso fueron unas lecciones", ha subrayado.
"Yo venía de una maratón que era una Olimpiada de cuatro años. Y desde el primer momento supe que venía otra maratón. Volvíamos a empezar, en un ámbito muy distinto. Tenía que tener paciencia, tener la mente en mis objetivos y ser optimista. A veces es irracional pensar que las cosas van a salir bien, no es realista, pero da igual porque te ayuda", ha insistido.
"Me puse como objetivo levantarme de la cama inicialmente, bajar el pasillo y tocar la pared del fondo y estuve varias semanas pero al final lo conseguí, con ayuda de mi familia y de los médicos, que fueron increíbles, mis ángeles. Me salvaron la vida, y no solo los cirujanos, sino también mi médico de medicina interna", ha aseverado.
"Cuando volcó el coche, mi mano raspó contra el suelo y se me infectó con una bacteria bastante mala. Ahí sí que me salvaron la vida porque esa infección podría haber pasado a la sangre", ha relatado el atleta español.
"Estaba pensando cero en el deporte en aquel momento. Era todo tratar de salvar mi vida: y no solo que mi corazón siguiera latiendo, sino también recuperar mi identidad, la imagen de mí mismo al mirarme al espejo. Fue una maratón de seis meses entrando y saliendo del hospital", ha repetido.
"La aceptación fue una lección gigante; aprendí a saber distinguir las cosas que sí puedo controlar y esas cosas que no puedo controlar. Y en las cosas que sí, tomar iniciativa para controlarlas lo mejor que pueda. No es tan distinto a lo que está pasando ahora, pero ahora a nivel mundial", ha aludido a la pandemia de la COVID-19.
"TODOS LOS AÑOS HAN IDO SALIENDO RETOS"
"Todos los años han ido saliendo retos y cada uno ha sido distinto, y estos han formado mi Olimpiada", ha proseguido. "La ilusión no la he perdido. Se me enmascaró durante un tiempo desde el accidente y dejé de verla. Aunque las lesiones y el trauma físico me lo llevé en septiembre de 2016, el trauma y los daños psicológicos vinieron como ocho meses después", ha rememorado.
"Al junio siguiente sentí que tocaba fondo psicológicamente y entré en depresión. Fue después de renunciar al Mundial y de tener problemas en mi vida personal, y encima no poder agarrarme a mi trabajo, que era el deporte", ha admitido Hortelano.
"Cuando me miraba al espejo veía a un enclenque que no era la persona que yo conocía de antes. Toqué fondo: apatía, sentir grandes confusiones, desorientación y una visión que no llega más allá de donde tienes los pies", ha explicado.
"Estuve como 22 meses sin competir después de Río, pero fue gracias al deporte que pude salir de todas esas situaciones, que quizá de otra forma no hubiera salido", ha precisado. "Tengo que dar gracias a correr en línea recta. Algo tan simple, pero que me ha salvado la vida varias veces", ha añadido.
"La depresión no es algo de lo que se habla mucho, pero es algo que se vive mucho; especialmente en el deporte, por ser algo tan efímero, por soñar y por querer ganar la medalla de oro. Pero medallas de oro solamente hay una", ha señalado.
"El sueño es Tokio, pero cuando se sueña no es con Tokio; cuando se sueña es ahora porque necesitas poder aplicar los sueños a tu día. Soñar por soñar para sentirme bien en el momento no es una función del sueño. La función del sueño es dar una orientación, una visión de dónde quieres ir. Y por tanto, con una visión y el camino, creas el plan y lo llevas a cabo", ha asegurado.
"Eso se ejemplifica en las rutinas para sentirte orgulloso todos los días. Dan un sentido a levantarse todos los días de la cama. Yo hoy me he levantado de la cama con el sentido de que iré a Tokio algún día, pero no quita a cómo voy a vivir el día de hoy", ha agregado Hortelano.
"Mi gran objetivo, con lo que yo sueño, es entrenar día a día como lo haría un campeón Olímpico. Así puedo acabar el día, la semana, el mes o el año sabiendo que me he esforzado todo lo que podía en línea de ese objetivo y puedo estar satisfecho conmigo mismo", ha declarado.
"Desde el accidente veo más color en la vida. La muerte está en el presente, no en el futuro, aunque siempre la vemos como algo lejano. Asusta un poco, pero aporta mucho a la vida. Sin ella, no existe la belleza", ha reflexionado.
"Ahora soy mejor deportista, aunque no haya competido. Has podido tomar la asignatura; pero, si no tomas el examen final, ¿significa que no has aprendido nada? No. Has aprendido, pero no has tenido oportunidad de aplicarlo. Las lecciones las llevo dentro", ha concluido.