El deporte para Fidel Castro: orgullo y dolor de cabeza a partes iguales

Fidel Castro fue un amante del deporte y muchos deportistas de élite han mostrado su admiración o su odio por él

  • Maradona y Sotomayor fueron algunos de sus grandes amigos
  • Algunos de los mejores boxeadores de Cuba renegaron del comandante
Carlos R. Cózar
Bolsamania | 26 nov, 2016 17:00 - Actualizado: 23:44
castro futbol

Raúl Castro informaba del fallecimiento de su hermano Fidel y estremecía a todo el mundo. El líder cubano ha sido una de las figuras más carismáticas durante el siglo XX. El comandante fue un amante del deporte y ello provocó que muchos deportistas de élite se posicionasen a favor o en contra de su figura.

La persona de Fidel Castro iba mucho más allá de la política. Es sobradamente conocida su pasión por el baseball y por el boxeo, pero sus profesores y amigos de sus primeros años de edad cuentan que era un magnífico extremo derecho y que tenía en su pie un auténtico guante. Tras alzarse con el poder, el comandante decidió sacar músculo nacional a través de sus deportistas. Todos los autoritarismos que ha dejado la historia tienen en común una apuesta fuerte por el deporte para lucir con orgullo en cualquier rincón del mundo la bandera de su país. Y, al igual que en la política, deportistas de su país, y extranjeros, profesaron amor y odio eterno a Fidel Castro.

EL DIOS DEL FÚTBOL BENDICE A FIDEL

Una de las figuras más importantes de la historia del deporte ha sido uno de los grandes amigos de Fidel Castro, Diego Armando Maradona, futbolista ligado a la izquierda con sus numerosas manifestaciones y afecto hacia el Che Guevara. Su amistad que se rememora a los años 80.

Por primera vez, 'El Pelusa' desembarcaba en La Habana y el comandante cubano lo recibió con los brazos abiertos. Desde ese momento, se fraguaba una amistad que duraría hasta el final de los días del dictador. Hace tan solo un año, Fidel Castro desvelaba que aún guardaba las cartas que se intercambiaban ambos en las que charlaban de deporte y política. Cuando Diego Armando Maradona cayó preso de las drogas, el cubano le ofreció toda la ayuda posible e incluso le prestó su casa para rehabilitarse. El argentino vivió una larga época refugiado de los focos y de los estupefacientes en el hogar de Fidel Castro.

Tras conocerse la muerte, uno de los mejores jugadores de la historia se pronunciaba. "Murió mi amigo, mi confidente, el que me aconsejó, el que me llamaba a cualquier hora para hablar de política, de fútbol, de béisbol, el que me dijo que cuando se fuese Clinton el que venía era peor, que fue Bush", dijo en su página oficial de Facebook en referencia a los expresidentes de Estados Unidos, país que mantuvo durante décadas el embargo sobre el país caribeño.

"Como no se equivocó nunca, para mí Fidel es, fue y será eterno, el único, el más grande. Me duele el corazón porque el mundo pierde al más sabio de todos", concluyó el 'Pelusa' en un emotivo mensaje en recuerdo a Castro, fallecido a los 90 años.

LA HISTORIA DEL ATLETISMO CUBANO JURA FIDELIDAD

Pero, si hay un nombre escrito con letras de oro en el deporte cubano, ese es Javier Sotomayor. El saltador de altura (oro olímpico en Barcelona, subcampeón de Sidney y recordman con 2.45 metros ) dedicaba todos los triunfos a la Revolución. "Dedicarle mis victorias a la Revolución no deja de ser un agradecimiento a todas las cosas que hemos logrado. Porque Cuba tiene atletas como yo debido a nuestro sistema político", explicaba en una de las entrevistas tras ganar la presea de plata.

Javier Sotomayor o Iván Pedroso fueron leales a su comandantes y le brindaban la victoria cuando conseguían

Javier Sotomayor también conoció la parte oscura del deporte y fue sancionado por dar positivo por cocaína. Fidel Castro, prohibió a la federación de su país sancionarle y, como seña de agradecimiento y fidelidad, le regaló una mansión. Hace escasos años, el atleta terminaría nacionalizándose como español, y es aquí donde actualmente reside.

Atletas como Alberto Juantorena o Iván Pedroso también eran afines a la Revolución Cubana y en innumerables ocasiones aparecían instantáneas compartiendo mesa y mantel con Fidel Castro.

LA NUEVA ESPERANZA DEL DEPORTE CUBANO, RENDIDO A LA REVOLUCIÓN

Fidel Castro era un amante del boxeo. Para él, era un auténtico orgullo ver a sus deportistas lucir la bandera cubana en los eventos deportivos. En plenos Juegos Olímpicos de Río, un nuevo oro para esta disciplina se iba para La Habana.

La Cruz, una de las nuevas esperanzas para el boxeo cubano, también juró lealtad al castrismo. Cuando se subió al pódium se quedó petrificado, casi con las lágrimas en los ojos y con el brazo simulando un saludo militar. "Le dedico este primer título olímpico en los 81 kilogramos de la historia del boxeo cubano al pueblo de Cuba y a nuestro comandante Fidel Castro, todo se lo debo a él". esgrimía.

LAS DESERCIONES Y LAS CRÍTICAS CAEN SOBRE FIDEL

"El atleta cubano que abandona su delegación es como el soldado que abandona a sus compañeros en medio del combate". Fidel Castro siempre tuvo una especial cruzada contra los deportistas desertores o con aquellos que no siguieran sus directrices ideológicas. Por eso, durante toda la historia del castrismo, se han producido numerosos escándalos.

Fidel Castro mandó a prisión a Cheíto por tener en su domicilio 29 dólares americanos

Especialmente dolorosos fueron los casos de Ringodeaux y de Erislandy Lara. Dos campeones del mundo de boxeo que ganaron en su categoría en los Juegos Panamericanos y medallistas olímpicos en Atenas y Pekín se dieron a la fuga en Río. Castro les acusaba de ser fieles a Estados Unidos mientras eran buscados. Una vez encontrados, tuvieron que cumplir una condena y realizar trabajos forzosos para la comunidad, en su caso entrenar a futuras estrellas pugilísticas. "He fundido los metales que he ganado y me los he puesto en los dientes para que Castro no tenga nada de mi sudor", decía en una entrevista.

Otra de las historias que conmocionaron al mundo del deporte fue la de Taismary Agüero. Una de las estrellas del voley mundial (oro en Atlanta y Sidney) fue desterrada del país por enamorarse de un fisioterapeuta italiano, algo que el castrismo no perdonó. Fidel Castro lo denominó como una "infamia". Cuando su madre murió ni siquiera fue permitida su entrada, aunque finalmente tras mucho pelear, lo pudo conseguir.

El baseball también azotó a una de las grandes estrellas del deporte cubano. Pedro José Rodríguez Cheíto fue uno de los mejores bateadores que se recuerdan de las islas, pero en 1985 fue mandado a prisión dos años y ocho meses por tener 29 dólares americanos en su domicilio, algo que era ilegal.

FIDEL A ALÍ: "VENGA PÉGAME AQUÍ"

Pero si hay una anécdota que quedará en los anales de la historia fue el encuentro que mantuvo con Mohamed Alí. Era el año 1996 y el símbolo estadounidense hacía una visita oficial humanitaria para conocer Cuba. El boxeador fue uno de los grandes mitos antirraciales y siempre se recordará como plantó cara al gobierno estadounidense para no acudir a la Guerra de Vietnam. El comandante se vio las caras con el deportista y ,de repente, Castro le señaló el rostro y le dijo "golpéame aquí, dale".

EL PARTIDO QUE INICIABA EL DESHIELO

Cuba y Estados Unidos. Una de las relaciones más tensas en la historia del Siglo XX. Ambos países estaban en la lista de enemigos, subrayado en rojo. Durante décadas, el bloqueo comercial entre ambos países y de tensas relaciones terminaban hace un año con una visita histórica. Obama llegaba a la capital del territorio caribeño para comenzar con el esperado deshielo.

Esta visita acababa con un acto más que simbólico con un partido amistoso del deporte que tanto veneraba Fidel Castro, el baseball. El comandante no pudo asistir, pero sí lo hizo su hermano que se sentó junto al presidente estadounidense, dejando una de las estampas más emblemáticas de nuestros días.

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