Los de Ancelotti se vienen abajo después del descanso
El partido comenzó muy igualado, con dos equipos totalmente decididos a llevarse tres puntos de vital importancia para la Liga. Luis Enrique mantuvo su esquema habitual, con una punta de ataque formada por Messi, Neymar y Luis Suárez. El resto del dibujo, como viene siendo habitual, estaba compuesto por tres centrocampistas, Mascherano, Rakitic e Iniesta, y cuatro defensas: Alves, Piqué, Mathieu y Jordi Alba.
Carlo Ancelotti, por su parte, cambió el esquema y salió al césped del Camp Nou con un 4-4-2 en el que Cristiano Ronaldo y Benzema se encargaban del ataque del equipo. La línea del centro del campo quedó compuesta por Isco, Modric, Kroos y Bale, que acompañó también en las acciones de ataque. La defensa quedó en manos de Carvajal, Ramos, Pepe y Marcelo.
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EL BARÇA GOLPEA PRIMERO
El Real Madrid comenzó hilando una serie de jugadas peligrosas para la portería defendida por Bravo, pero fue el Barcelona quien golpeó primero. Mathieu remató al fondo de la red un gran balón de Messi botado desde una falta lateral. El equipo madrileño no se rindió y siguió apretando, llegando a enviar a la madera un balón de Cristiano Ronaldo.
Y fue el portugués quien devolvió la igualdad al marcador a falta de 15 minutos para el final. El ganador del Balón de Oro aprovechó un gran pase de Benzema, que recibió de Isco, para anotar su tanto número 31 en su cuenta particular. Desde entonces, el partido siguió un guión claro en el que el peligro iba de la mano del Real Madrid.
Pocos minutos más tarde, Bale helaba la sangre del Camp Nou con otro sensacional remate que terminó en gol, pero Mateu Lahoz lo anuló por fuera de juego. En estas llegó el descanso, muy celebrado por un Barcelona que empezaba a verse contra las cuerdas.
EL REAL MADRID DESAPARECE DEL CAMPO
La segunda parte empezó igual a como terminó la primera mitad. Sin embargo, en el minuto 55 Luis Suárez volvía a adelantar a los locales con un gran tanto en el que batía por bajo a un Iker Casillas que podría haber hecho más. El uruguayo culminaba un gran contraataque del Barcelona. Este tanto animó a los culés, que empezaron a apretar cada vez más a un rival que quizá perdonó demasiado en los minutos anteriores.
El Barcelona siguió creciendo con el transcurso del partido y encerró cada vez más al Real Madrid. Ancelotti decidió mover el banquillo y dio entrada a Varane para sacar a Pepe. Minutos después, Luis Enrique retiraba a Rakitic y Busquets volvía a pisar el césped del Camp Nou. Pero los cambios no surtieron efecto y, a pesar de la entrada de Jesé, el partido fue muriendo poco a poco hasta terminar con el 2.1 definitivo.
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