El Real Madrid se lleva un nuevo título Mundial tras vencer al Kashima por 4-2 en la prórroga
El Real Madrid se ha llevado un Mundial de clubes que parecía ser un paseo de rosas y se convirtió en uno de cactus, y bien secos. Los de Zidane tuvieron que irse a la prórroga para coronarse como el mejor equipo del mundo en este 2016. Ronaldo hizo un triplete para deleite de su hinchada nipona, y madridista.
Mientras Zidane sigue regando con agua de buena calidad su enorme jardín, Ramos cedió el testigo a Cristiano Ronaldo para ser el nuevo héroe del madridismo. Un partido que parecía más fácil que hacerse un bote de comida precocinada en dos minutos, acabó siendo uno de los platos más difíciles que puede proponer el jurado de Masterchef. El equipo de la Castellana se tuvo que ir a la prórroga para vencer a un correoso y dignísimo Kashima, que ya eliminó al Atlético Nacional en semifinales.
Cristiano sacó su potencial goleador y festejó de la mejor manera su Balón de Oro
Unos dirán que es el Mundial de clubes, otros que es un torneo menor, pero lo único cierto es que el trofeo que sea, el Real Madrid siempre lo va a ganar (o casi). El torneo vuelve para la capital de España tras un choque de infarto. Y eso que los primeros minutos de la primera mitad hacían presagiar que los seguidores blancos podrían disfrutar de una mañana fría plácidamente en el sofá de casa con una buena manta. Benzema abrió el camino aprovechándose de un rechace tras disparo de Modric. Tener al galo en tu equipo debe ser lo más parecido a tener dos picassos en la pared de tu casa. El partido que se marcó ha sido de escándalo.
Pero este Madrid gana, sí. Pero de momento no lo hace fácil y antes del descanso el Kashima marcaba previo error de Varane. Con el descanso ( y con una presumible cura de humildad) el equipo de Zidane volvió al tapete con una buena dosis de morfina en vena y sucedía algo que ni siquiera el más optimista de los aficionados del club japonés pensaba: ponerse por delante en el marcador. Tocaba la épica, y volvió a pasar.
Esta vez no hubo noventa, ni noventa y tres. Sólo hubo empate de Cristiano Ronaldo antes de todo lo estipulado. Pero en el descuento, Ramos volvió a ser protagonista. Hoy no marcó el gol decisivo. En la final tocó la cara ‘B’ del central y tuvo que ser expulsado por una falta en el centro del campo tan clara como abusrda. El árbitro vio que era el capitán y se guardó la amonestación con un disimulo más discreto que acertado.
PRÓRROGA CON FINAL FELIZ
Y al Real Madrid puedes perdonar una vez, dos es una quimera. El Kashima probó a lo que sabe el dulce veneno de los de Zidane, y sin darse cuenta antes de la primera parte de la prórroga ya iba 3-1. Cristiano hacía el 3-2 con un pase de antología de Benzema que debería ponerse en todas las escuelas deportivas del mundo. Ronaldo puede estar bien o mal, pero de marcar sabe. Sea Champions, Copa, Liga o el torneo de la galleta.
Antes del triplete de Cristiano, la suerte volvía sonreír a un Zinedine Zidane que cuenta sus títulos internacionales por victoria. Los nipones tuvieron el gol del empate, pero su lanzamiento se marchó al larguero. Y a la jugada siguiente, Ronaldo. El Madrid volverá a portar el escudo de mejor equipo del 2016. El fútbol se dividirá si fue justo o no, pero el campeón es el campeón. Y ese es el Real Madrid, y a ese siempre se le recuerda.