SAN SEBASTIÁN, 27 (del enviado especial de Europa Press, Eduardo Blanco)
El director Isaki Lacuesta regresa a la sección oficial del Festival de Cine de San Sebastián con 'Entre dos aguas', una continuación de 'La leyenda del tiempo' en la que la cámara del realizador vuelve a girar "en una ficción hiperrealista" sobre los personajes de Isra y Cheíto.
Rodada en San Fernando (Cádiz), el director ha respondido en rueda de prensa sobre la mirada que tiene un cineasta catalán respecto a tierras andaluzas. "Es que a mi me interesa todo lo que no conozco. Estamos muy ceñidos a vivir solo con gente que piensa como nosotros", ha señalado.
"Es el tipo de sociedad que llevamos: convivimos con gente que se parece a nosotros, que viste igual, piensa igual...por eso cada vez resulta más difícil encontrar gente de tu clase social o lugar y el cine potencia este encuentro", ha indicado.
De nuevo los protagonistas de esta historia son Isra y Cheíto, que ya han abandonado la adolescencia y afrontan problemas de la madurez. Sobre todo Isra, que acaba de salir de la cárcel --una de las partes de ficción de la cinta-- y encuentra dificultades tanto para recuperar su vida familiar como el encontrar un trabajo estable.
"Es una película que tiene la premisa de ser realista, una ficción hiperrealista, pero es verdad que hay confusiones porque yo he hecho varios trabajos documentales", ha señalado Lacuesta, quien ya ganó la Concha de Oro en el año 2011 por 'Los pasos dobles'.
Pese a que ha alabado la labor "portentosa y extremadamente agradecida" de sus actores --no profesionales--, reconoce que esta situación de realismo es "complicada de explicar" incluso para el equipo. Como ejemplo, ha puesto dos escenas realistas, una de ellas incluso rodada antes de saber si saldría el proyecto.
"Con el parto (de una de las parejas de los protagonistas) decidimos que era una cosa que igual no ocurriría más y, aunque todavía no teníamos toda la documentación, nos fuimos con la cámara del cine", ha recordado. La otra escena es la de un tatuaje de Isra que se hizo en realidad. "Es una película escrita con muchos agujeros para que ocurran cosas", ha apuntado.
DUDA SOBRE UNA TERCERA PARTE
Lacuesta ha resaltado su decisión de abandonar en este trabajo sus "juegos en los aspectos formales", porque entiende que le distancia con el espectador --en este caso, como ejemplo, ha citado a la luz de la película, rodada "como si no hubiera luz artificial"--. "Así, con menos ingredientes tienes un lenguaje más simple y puedes ver la historia sin ver al autor", ha aseverado.
Preguntado sobre si volverá a hacer una tercera parte con los protagonistas, lo ha puesto en duda porque es una labor "muy esquizofrénica". "Una parte del cerebro te dice que sigas, pero la otra que no hay financiación: son películas que desgastan mucho emocional e intelectualmente", ha concluido.