El escritor Joël Dicker: "Esto es solo el principio del 'shock'"

Europa Press | 01 jun, 2020 15:20

MADRID, 1 (EUROPA PRESS)

El escritor suizo Joël Dicker, que publica su nueva novela 'El enigma de la habitación 622' (Alfaguara), ha alertado este lunes 1 de junio de que estos meses con la crisis del coronavirus solo han sido "el principio del 'shock'" y augura "consecuencias difíciles".

"El confinamiento para los suizos ha sido menor que en otros lados, pero éticamente ha sido difícil: tanta gente se ha encontrado en condciones muy duras, con pequeños apartamentos, maridos violentos, empleados que había que pagar...Han pasado muchas cosas estresantes y todavía nos quedan otras tantas por ver", ha señalado en una entrevista con Europa Press el autor.

En este sentido, ha señalado la "fragilidad" de la sociedad actual, que no estaba "preparada para un choque como este". "Dos meses quizás no es tanto, pero es suficiente para que la gente se desestabilice y salga a las calles. Tendremos que sacar conclusiones de todo esto y ver nuestra responsabilidad", ha indicado.

Dicker cree que esta crisis va a permitir anticipar algunas de las cosas que van a ocurrir en los próximos años --y que "ha acortado algunos plazos", como el de la llegada de rentas para aquella gente que se ha quedado sin trabajo-- y se ha mostrado prudente respecto a cómo afectará a la cultura.

"Durante el confinamiento ni he leído mucho, ni he visto muchas series...no ha sido inspirador, porque ha generado mucha angustia y ansiedad. Pero algunos libreros sí me han dicho que en la reapertura las ventas están funcionando mejor. Veremos lo que pasa, pero hace falta el apoyo de los Gobiernos", ha destacado.

El autor de 'La verdad sobre el caso Harry Quebert' vuelve a escribir un 'thriller' aunque con diferencias respecto a sus anteriores trabajos. Esta vez el protagonista es un 'alter ego' del autor con su mismo nombre y uno de los personajes es su editor Bernard de Fallois, al que ha querido rendir homenaje después de su muerte.

"Empecé con el personaje de Bernard justo después de su muerte --en 2018--, porque tenía ganas de anotar los recuerdos que tenía de él. Luego vi que el narrador podría llamarse Joël y establecer así un juego que me divierte. Quiero que el lector decida cuanto de mí hay en ese personaje e incluso si decide que sea yo, seré yo. Es él el que tiene el poder y no el escritor", ha bromeado.

También es la primera vez que sitúa una de sus novelas en su suiza natal. "Tenía muchas ganas de contar mucho una historia de Ginebra, aunque no ha sido fácil. He tratado de expresar mis sentimientos por esta ciudad, pero al escribir una novela lo imaginario empieza una disputa con lo real", ha señalado.

'EL PRINCIPITO' DE LA NOVELA NEGRA

Lo que no cambia es la aparición de un asesinato y será el protagonista Joël --acompañado de una aspirante a novelista-- el que tenga que resolverlo, haciendo honor a la etiqueta de 'Principito de la novela negra' que el autor tiene asignada. "Es agradable y me gusta eso más que otra cosa, pero también hay que tener cuidado. Yo, de hecho, no estoy seguro de que escriba novela policíaca", ha explicado.

De hecho, Dicker no tiene prisa por cambiar de etiqueta --lleva cinco libros publicados hasta el momento--, pero no descarta un cambio de género en próximas novelas. "Uno escribe distintas novelas en distintos momentos de su vida. A veces tengo la sensación de que se espera de mí que ya haya hecho una obra vital con solo tres libros", ha criticado.

¿QUÉ ES EL ÉXITO?

En cualquier caso, ha vuelto a hacer una advertencia en relación a los que consideran que ya ha tenido éxito con algunos de sus 'best-seller'. "El éxito es cuando en las últimas horas de vida uno se mira desnudo ante un espejo y puede decir: he amado, me han amado, ha valido la pena vivir esta vida", ha apuntado.

"Decir esto no es demagogia, la gloria y el dinero no son la esencia de la vida. Y creo que esto es muy importante porque hemos entrado en una sociedad que solo vive de relaciones con el éxito y la imagen. Instagram o la propia Internet ha creado un mundo centrado en la imagen, en vivir una mascarada. Y es una pena, porque hace 20 años las grandes estrellas eran los científicos o los astronautas", ha concluido.

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