El organismo carga contra el paso dado por El Salvador en su informe de Estabilidad Financiera Global
La medida adoptada por El Salvador a inicios de septiembre, de adoptar el bitcoin como moneda oficial, que será emulada por otros países preocupa al Fondo Monetario Internacional (FMI). La institución ha alertado de que la adopción de una criptodivisa como moneda nacional "conlleva riesgos significativos y es un atajo desaconsejable". En concreto, da la alerta sobre lo que denomina como 'criptonización' del mundo desarrollado.
El informe del FMI afirma que la 'criptonización', como la reciente adopción del bitcoin por parte de El Salvador como moneda de curso legal, podría obstaculizar los esfuerzos de los bancos centrales para fijar la política monetaria, provocar riesgos de liquidez y desestabilizar las economías.
Aunque el informe no nombra a El Salvador, el FMI ha dicho en repetidas ocasiones que la ley de bitcoin del país centroamericano plantea "problemas macroeconómicos, financieros y legales."
El informe destaca tres "transiciones desafiantes" para la economía mundial: la pandemia del COVID-19, el cambio climático y las criptomonedas. En los últimos meses, el FMI ha expresado profundas reservas sobre el impacto de las criptodivisas, incluso cuando trata de fomentar la innovación que puede ayudar al mundo en desarrollo.
Para evitar los riesgos de la criptografía, el informe sugiere que los países promuevan políticas que puedan ayudar a frenar la creciente demanda de criptomonedas, incluyendo el fortalecimiento de la política monetaria, la salvaguarda de la independencia de los bancos centrales y la implementación de "medidas legales y regulatorias efectivas para desincentivar el uso de divisas extranjeras".
Además, el informe sugiere que los gobiernos de los países en desarrollo consideren la posibilidad de utilizar monedas digitales de bancos centrales (CBDC) que podrían reducir la criptodivisa al satisfacer la demanda interna de tecnologías de pago mejoradas.
El informe también identifica a las stablecoins como Tether y USDC como amenazas potenciales para el sistema financiero mundial, y sugirió que se realicen "mejoras sustanciales" en las normas de divulgación para los emisores de stablecoins, a la par que las de los bancos comerciales y los fondos del mercado monetario, para garantizar la estabilidad del mercado de stablecoins. El floreciente sector de las stablecoins, de 120.000 millones de dólares, carece en gran medida de regulación, algo que se ha convertido en un punto delicado para los reguladores de EEUU y de todo el mundo.