El temor a una recesión en Estados Unidos ha hundido a los activos de riesgo
Será difícil de olvidar este lunes. La renta variable mundial se ha desplomado con muchísima fuerza, con índices como el Nikkei japonés registrando caídas históricas: el selectivo nipón no sufría tanto en bolsa desde el 'crash' de octubre de 1987. Y si las acciones registraron una nefasta jornada, peor lo hicieron las criptomonedas.
Para muestra, un bitcoin (BTC): desde el pasado viernes, el criptoactivo rey ha perdido una quinta parte de su valor, hasta llegar a caer por debajo de los 50.000 dólares; si nos vamos hasta la semana pasada, el precio del bitcoin ha caído cerca de un 30% desde el máximo alcanzado cerca de los 70.000 dólares. ¿Qué es lo que ha pasado?
Como casi siempre en el mercado bursátil, es difícil señalar un único factor como responsable de lo ocurrido. En esta dirección apunta Javier García de la Torre, director regional de Binance en España y Portugal, quien destaca que este desplome puede atribuirse "a una mezcla de factores macroeconómicos y criptoespecíficos", aunque los primeros "parecen ser más influyentes en este momento".
Dentro de estos motivos macroeconómicos que mencionamos, quizá el factor más determinante sea el temor a la aparente debilidad de la economía estadounidense, así como a los riesgos geopolíticos en Oriente Próximo, donde se especula con un ataque inminente de Irán a Israel.
La última batería de datos conocida parecen reflejar que la primera economía del mundo no atraviesa su mejor momento y podría acabar entrando en recesión. De hecho, el desplome se produce después de la publicación del informe de empleo de julio de Estados Unidos mostró que el país "solo" creó 114.000 puestos de trabajo en el séptimo mes del año, un dato mucho peor de lo que esperaba el mercado y muy por debajo de la cifra del mes anterior. Las malas lecturas de los PMI manufactureros fueron otro factor determinante.
"La narrativa ha cambiado literalmente de la noche a la mañana", afirma Torsten Slok, economista jefe de Apollo, en unas declaraciones recogidas por 'Financial Times'. Según este experto, los inversores sopesan si este dato es una suerte de "capricho estadístico" o si EEUU está entrando "en un periodo de desaceleración más severo". De su lado, Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities, también señala que esto ha provocado una caída de los rendimientos de los bonos estadounidenses a 10 años "ante la posibilidad de que la economía estadounidense sufra un 'aterrizaje más brusco de lo esperado', en vez del 'aterrizaje suave o no aterrizaje' previsto con anterioridad".
David Morrison, analista sénior de mercados de FCA, destaca que el sector tecnológico, al igual que lideró la subida, está al frente de las caídas. Sin embargo, el problema es que "ya no hay indicios de que los inversores estén abandonando el sector tecnológico para invertir en las empresas de mediana capitalización estadounidenses". "Se trata claramente de un movimiento de aversión al riesgo en la renta variable. Pero los inversores también están reduciendo su exposición a "refugios seguros" como los metales preciosos, ya que el oro y la plata han bajado considerablemente, al igual que el petróleo", detalla.
Uno de los movimientos más sonados en el mercado lo ha protagonizado Warren Buffet. El 'oráculo de Omaha' ha vendido la mitad de su histórica participación en Apple, una empresa que su firma, Berkshire Hathaway, mantiene que es una "inversión estratégica". De igual modo, Buffett también se ha desprendido de buena parte de su posición en Bank of America, otro de sus valores favoritos. Las decisiones de Buffett se encuentran siempre bajo escrutinio del mercado y de su legión de seguidores, especialmente si los afectados son dos de sus valores preferidos.
Algunos analistas también se preguntan si la Reserva Federal (Fed) va demasiado tarde en su proceso de relajación de los tipos de interés y, en consecuencia, si su excesiva demora ha provocado esta debilidad de la economía estadounidense. Recientemente, el presidente Jerome Powell advirtió que solo bajarían los tipos de interés en septiembre si los datos mejoraban lo suficiente para dar confianza al banco central, pero ya son muchas las voces que piden a la Fed que baje los tipos en 50 puntos básicos en su próxima reunión.
"El mercado prevé un recorte de tipos de 50 puntos básicos por parte de la Reserva Federal en su reunión de septiembre, lo que creo que será demasiado. La economía estadounidense está mostrando signos de desaceleración, pero no es tan grave como el mercado está poniendo en los precios", subraya Masafumi Yamamoto, estratega jefe de divisas de Mizuho Securities en Tokio.
En cuanto a las criptomonedas, De la Torre apunta que la caída generalizada del mercado ha tenido una consecuencia clara: la reasignación de capital lejos de los activos de mayor riesgo, con las monedas digitales todavía percibidas en gran medida como tales.
"Este movimiento se ha visto agravado por la reciente dinámica de la carrera presidencial estadounidense, que algunos participantes en el mercado consideran potencialmente menos favorable para las criptomonedas como clase de activo", apunta el experto de Binance. Asimismo, De la Torre recuerda que la época veraniega ha dado tradicionalmente "rendimientos sistemáticamente menores" que otros meses del año, por lo que es posible que esta dinámica estacional también esté entrando en juego.
Para Javier Molina, analista sénior de mercados de eToro, la cuestión es si en estos momentos el mercado está sufriendo una corrección natural o se está produciendo un cambio de tendencia. El escenario principal de este estratega "pasa por mantener la tendencia alcista dominante", pues los niveles clave de la renta variable no se han roto y, si bien reconoce que podríamos estar ante el comienzo de una corrección "más o menos seria", es más difícil encontrar motivos para afirmar que estamos ante el comienzo de un mercado bajista prolongado.
"En los últimos años, los mercados han experimentado un crecimiento rápido en un entorno de bajos tipos de interés. Este crecimiento suele ser vulnerable a correcciones, especialmente cuando las condiciones monetarias comienzan a endurecerse, como es el caso de Japón", subraya.
Una corrección de este tipo, explica, puede ser una oportunidad para que el mercado se estabilice, consiguiendo ajustar las valoraciones a niveles más "sostenibles y realistas". En este contexto, añade Molina, la volatilidad actual que se observa en el mercado "podría ser una fase transitoria antes de que los mercados encuentren un nuevo equilibrio".
"En algún momento, los compradores volverán para aprovechar los precios de derribo. Pero aún no hay indicios de que los principales índices se hayan estabilizado. La cuestión más importante es si esta sangría será suficiente para sentar las bases de una reanudación del rally bursátil y, en última instancia, de nuevos máximos históricos. La alternativa es que se haya tocado techo y los inversores tengan que adaptar sus perspectivas y estrategias en consecuencia", reflexiona Morrison.
Por su parte, De la Torre tiene claro que, pese al hundimiento del mercado, las caídas no son indicativas de "una tendencia negativa a largo plazo" para el bitcoin y las criptomonedas. En primer lugar, el recorte de los tipos de interés de la Fed debería "mejorar las perspectivas" de la economía estadounidense. A su vez, dado que todavía falta un tiempo para que se celebren las elecciones presidenciales en EEUU, hay un "potencial significativo" de fluctuaciones en el mercado. "A medida que se acerquen las elecciones, es probable que presenciemos impactos en el mercado en ambas direcciones, conforme los candidatos aclaren sus posturas sobre las criptomonedas", explica.