"Se ha acabado la fiesta: los inversores harían bien en alejarse de las criptomonedas"
Los expertos de MFS Investment Management califican las 'criptos' como un "juego de suma cero"
Las criptomonedas están firmando uno de los principales rebotes en este principio de año. Tras un 2022 absolutamente nefasto marcado por la quiebra de importantes actores del mercado como FTX o Three Arrows Capital y la caída generalizada de los precios, las ‘criptos’ han protagonizado una espectacular remontada este enero. Sin embargo, pese al histórico comienzo de año, sigue habiendo expertos que creen que este rebote no solo no es sostenible, sino que todavía no se ha tocado fondo. Otros van más allá y apuntan que el mercado les ha dado demasiadas oportunidades a estos activos, tanto por sus fundamentos como por sus precedentes.
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“La propuesta de valor de las criptomonedas sigue sin estar clara, son incapaces de generar flujos de caja y tienen aplicaciones mínimas en el mundo real”, señalan los expertos de MFS Investment Management, quienes creen que la “mayoría de los inversores haría bien manteniendo las criptomonedas lejos de sus carteras” ya que “no crean valor económica por sí mismas, pero su mantenimiento tiene un coste”. “La fiesta se ha acabado”, sentencian.
Según los analistas de la gestora radicada en Boston, los inversores están “dándose cuenta” de que las ‘criptos’ “son un juego de suma negativa” en el que “deben entrar nuevos inversores en el sistema para que se sostenga”.
“Durante los últimos años, las inyecciones de efectivo de los programas de estímulo, el dinero barato y la promesa de riqueza atrajo a muchos nuevos inversores con ganas de probar suerte. Puesto que el apetito por el riesgo se redujo a principios de 2022, la ausencia de nuevos compradores y la reducción del riesgo emprendida por los inversores en criptomonedas existentes desembocaron en un acusado desplome de los precios y, al mismo tiempo, enseñaron a los inversores en este activo una cruel lección sobre el riesgo de contraparte”, añaden.
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En este sentido, los expertos de MFS subrayan que los recientes acontecimientos han demostrado que “muchos de los nuevos proveedores de criptomonedas estaban relacionados entre sí por medio de préstamos, propiedad cruzada y acuerdos de negociación”.
Buena muestra de ello ha sido el efecto contagio provocado por el colapso de FTX, que ha acabado cobrándose a BlockFi y Genesis como víctimas, al tiempo que esta última podría provocar un episodio similar en los próximos meses. Según algunos expertos en criptomonedas, si Digital Currency Group, matriz de Genesis, se ve obligada a liquidar su participación en Grayscale Bitcoin Trust, el mayor fondo de bitcoin del mundo, el mercado de las 'criptos' podría enfrentarse a importantes problemas.
“Se liberarían 643.572 bitcoins en el mercado. Eso son 13.700 millones de dólares en BTC. Sería un shock de oferta demasiado grande para que el mercado lo absorbiera limpiamente. En pocas palabras, se estrellaría el precio del bitcoin y daría lugar a una increíble oportunidad de compra”, apunta Teeka Tiwari, analista de Palm Beach Research Group.
Por otro lado, la firma bostoniana, ahora más que nunca los reguladores y responsables políticos deben tomar cartas en el asunto, bien sea aplicando “de forma estricta la normativa existente” o desarrollando “nueva legislación que aborde de forma específica el sector”. “Han andado con pies de plomo durante años y muchos inversores tienen sus activos bloqueados y se hallan inmersos en procedimientos de quiebra. Por ahora, el contagio a otros mercados financieros ha sido limitado, puesto que las criptomonedas no estaban muy integradas en el sistema tradicional”, critican.
“La excusa de que la normativa frenará la innovación es discutible, puesto que se han quemado billones de dólares en capitalización de mercado y millones de inversores han tenido que cargar con enormes pérdidas”, agregan estos expertos. Asimismo, desde MFS señalan que la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) y la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos (CFTC, por sus siglas en inglés) deben resolver rápidamente sus diferencias jurisdiccionales para trabajar cuanto antes con sus homólogas de todo el mundo.
