Recibe este nombre por el poema "El viaje de Eärendel, la estrella vespertina", de John R. R. Tolkien
Un equipo internacional de científicos, junto a investigadores del CSIC, ha detectado Eärendel, la estrella más lejana jamás observada, situada a 12.900 millones de años luz de la Tierra. La estrella ya no existe, explotó hace millones de años, pero su luz fue tan potente que aún es visible.
El descubrimiento de Eärendel supera por mucho el hallazgo de la estrella más lejana observada hasta la fecha: Ícaro, detectada en 2018 por el telescopio espacial Hubble a 9.000 millones de años luz.
“La estrella Eärendel existió en los primeros mil millones de años del Universo, durante el big bang, y su luz ha viajado 12.900 millones de años hasta llegar a la Tierra”, ha explicado el investigador José María Diego, del Instituto de Física de Cantabria (IFCA, CSIC-UC), que ha participado en el estudio, liderado por Brian Welch, de la Johns Hopkins University (EEUU), y el equipo Space Telescope Science Institute (STScI).
La estrella recibe su nombre del poema "El viaje de Eärendel, la estrella vespertina", escrito en 1914 por John Ronald Reuel Tolkien, autor de 'El señor de los anillos', que se inspiró en la mitología anglosajona.
“Este hallazgo supone un gran salto atrás en el tiempo si se compara con el anterior récord de Ícaro; permite remontarse mucho más atrás en el origen del Universo”, ha añadido.
“Eärendel es la estrella más lejana que conocemos, aunque ya no existe. Es muy brillante, pero explotó hace tiempo. No obstante, aún vemos la luz que nos llega de ella. La hemos podido detectar gracias a que está magnificada por un cúmulo de galaxias; si no, sería imposible verla”, explica Diego.
A medida que el Universo se expande, la luz de los objetos lejanos se estira o desplaza a longitudes de onda más largas mientras se acercan a la Tierra. Hasta ahora, los objetos observados a una distancia tan grande responden a cúmulos de estrellas incrustados dentro de las primeras galaxias.
"Normalmente, a estas distancias, las galaxias se ven como pequeñas manchas, porque la luz de millones de estrellas se mezcla”, ha indicado Diego. “La galaxia que alberga a Eärendel ha sido magnificada y distorsionada por lentes gravitacionales. Igual que un vidrio curvado deforma la imagen cuando miramos a través suyo, una lente gravitacional amplifica la luz de objetos muy lejanos y alineados detrás de un cúmulo de galaxias. Estas galaxias son las que desvían la luz de astros lejanos debido a que su enorme masa deforma el espacio-tiempo a su alrededor”, ha sentenciado el investigador.