Los 6 alimentos imprescindibles para mantener nuestro intestino sano

'Los microbios que viven en nuestro intestino desde que nacemos tienen una enorme importancia en casi cada aspecto de nuestro ser' asegura el doctor

  • Las alcachofas, la achicoria, la lechuga o el estragón, así como los puerros, chalotes, cebollas, ajo y espárragos, son particularmente beneficiosos para la microbiota
  • Los alimentos probióticos, como el yogur, fomentan el desarrollo de algunos microbios buenos para nuestros intestinos
Bolsamanía
Bolsamania | 06 abr, 2016 11:57 - Actualizado: 16:03
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La función intestinal es primordial para tener una buena salud y prevenir enfermedades. "Los microbios que viven en nuestro intestino desde que nacemos tienen una enorme importancia en casi cada aspecto de nuestro ser", asegura el doctor Eran Elinav, que además explica que las bacterias de nuestros intestinos son casi como nuestra huella dactilar, pues es algo "único en cada individuo".

Por lo tanto es muy importante tener en cuenta la diversidad de microorganismos a la hora de elaborar una dieta, la comida que ingieres no sólo nos aporta nutrientes, sino que alimenta a las bacterias que viven en nuestro organismo, informa BBC.

Entonces, ¿cómo debemos alimentarnos para mantener nuestro intestino sano?

Lo primero por lo que debemos partir es que cada persona es diferente, por lo que si quieres mejorar tu digestión, perder peso o cuidar de tu estado de salud general hay algunos principios fundamentales que pueden ser usados por todo el mundo.

Estos son algunos de los alimentos que los expertos recomiendan:

VEGETALES

Las alcachofas son muy recomendables para tener una buena salud intestinal.

Un intestino sano tiene una gran variedad de microbios, cada uno de los cuales prefiere diferentes alimentos. "Hay miles de cientos de especies en nuestros intestinos que son responsables de nuestra salud", explica Tim Spector, profesor de Epidemiología Genética en el King's College de Londres y director del proyecto British Gut ("Las tripas inglesas"), que analiza la influencia de las bacterias intestinales en nuestro bienestar.

La comunidad médica recomienda ingerir vegetales para alimentar adecuadamente a esas bacterias, claros ejemplos son las alcachofas, la achicoria, la lechuga o el estragón, así como los puerros, chalotes, cebollas, ajo y espárragos, son particularmente beneficiosos para la microbiota.

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FIBRA

Es muy importante que nuestra dieta también tenga un gran aporte de fibra, sin embargo la mayoría de la gente incluye en su dieta menos fibra de la que debería.

Frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales alimentan a las bacterias de nuestro intestino de forma saludable. El consumo diario de este nutriente reduce el cáncer colorrectal, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos aseguran que "la fibra dietética agrega volumen a la dieta y te hace sentir más lleno más rápidamente, ayudándote a controlar el peso".

"Ayuda a la digestión y a prevenir el estreñimiento. Es aconsejable agregarla a la dieta poco a poco; incrementar el consumo de fibra muy rápidamente puede provocar gases y cólicos", dicen los especialistas.

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PROBIÓTICOS

Los alimentos probióticos, como el yogur, fomentan el desarrollo de algunos microbios buenos para nuestros intestinos, pues permanecen activos y contribuyen al equilibrio de la flora intestinal. Según el neurólogo David Perlmutter, coautor de Brain and Gut ("Cerebro e intestino"), "el consumo de prebióticos y probióticos mejora la salud intestinal y previene la inflamación, a través de cambios mejorables en el microbioma".

Perlmuter recomienda especialmente el Lactobacillus plantarum, por su "probada efectividad a la hora de permeabilizar las paredes del intestino", este probiótico es comúnmente encontrado en los diversos productos fermentados y también se presenta en la saliva. Tiene la habilidad de licuar la gelatina. Probióticos y prebióticos no son lo mismo: los primeros se refieren a microorganismos vivos que viven activos en el intestino, mientras que los segundos son sustancias no orgánicas, que favorecen el desarrollo de los probióticos.

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ACEITE VIRGEN EXTRA

"El aceite de oliva virgen extra, especialmente extraído en frío, tiene unos 30 polifenoles que actúan como antioxidantes, lo cual reduce la inflamación y ayuda a reducir los efectos del envejecimiento, especialmente en el corazón y en el cerebro".

Los polifenoles del aceite de oliva virgen extra también son beneficiosos para nuestra flora intestinal, los especialistas aconsejan elegir aceite virgen extra siempre que sea posible.

El aceite virgen extra es el que posee más polifenoles que son beneficiosos para los microbios de nuestro interior. "El aceite virgen 'normal' no muestra ningún beneficio; tiene que ser aceite virgen extra", explica Spector.

Estos polifenoles ayudan a nuestro sistema inmunológico y alimentan nuestras bacterias intestinales, alimentándolas y produciendo sustancias que amortiguan la inflamación.

MENOS ANTIBIÓTICOS

El uso excesivo de antibióticos ha llevado a una modificación de la microbioma y los expertos lo vinculan a un incremento de las alergias, por ejemplo, el asma. Los antibióticos matan tanto las bacterias "buenas" como las "malas".

Catherine Duff, una estadounidense de 57 años, estuvo cerca de la muerte por esta causa, segun recoge BBC Mundo, "Me deshidrataba en forma severa frecuentemente, y eso afectó a mis riñones". Cada vez que Duff tomaba antibióticos, por pequeña que fuera la dosis, volvía a ocurrir. Si es estrictamente necesario tomarlos, asegúrate de que ingieres suficientes alimentos que protejan tus bacterias intestinales, aconsejan los médicos.

MENOS COMIDAS BASURA

Es importante, en general, evitar alimentos altamente procesados ya que contienen ingredientes que eliminan las bacterias "buenas" y pueden incrementar las "malas" y debemos cuidar bien a estas bacterias "buenas" para que éstas, a su vez, cuiden de nosotros y de nuestro intestino.

Spector, con ayuda de su hijo Tom, dirigió un experimento, su hijo se alimentó de comida de McDonald's durante 10 días y los resultados fueron catastróficos, la diversidad de su microbioma se redujo en un 40%, reemplazando las bacterias "buenas" por otras que causan inflamación.

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