Reconocen que los estereotipos que se fomentan de niños se reflejan de adultos
Montar una startup o ser emprendedor no es precisamente un camino de rosas, pero, como en la mayoría de los ámbitos laborales, también refleja diferencias por género. Así lo creen varias directivas de firmas fintech reunidas la pasada semana en CMS Women in Credit Summit, que lamentan que en el mundo del capital riesgo también se nota una brecha entre hombres y mujeres.
“Hay muy pocas inversoras dentro de la inversión de riesgo”, lamentaba Azahara García, directora de Desarrollo de Negocio España de la fintech Crowdcube, que lo achaca a una mayor aversión al riesgo por parte de la mujer frente al hombre, que le hace replantearse más las inversiones arriesgadas. “La mujer se lanza cuando está convencida de que va a salir adelante”, añadía.
En su opinión, “cuando una emprendedora es tan valiente de crear una startup es porque va a triunfar”, algo que demuestra el hecho de que “el índice de éxito es más amplio en mujeres que en hombres”, pero “no porque la mujer sea mejor, sino porque la mujer se lanza cuando está convencida de que va a salir adelante”.
Al final, todo se resume en un “tema cultural” que se basa en la falta de referentes femeninos y obliga a las que quieran lanzarse a una inversión a “tenerlo muy claro”.
“Es muy raro encontrarte en el Linkedin de una mujer el título de serial entrepreneur. Cuando hay es porque [la startup] tiene algo que ver con mujeres, con violencia de género o con empoderamiento femenino. A día de hoy hay mucha diferencia entre hombres y mujeres emprendedores, lo que también es malo para el hombre”, añadía García.
“Tendemos a invertir más en gente que se parece a nosotros”, explicaba, por lo que es importante seguir fomentando los eventos enfocados a favorecer la emprendeduría femenina: “Juntas a dos personas que se entienden y una acaba invirtiendo en la otra”.
Por su parte, Silvia Escámez, fundadora de Finteca y Prohipotecas, lamentaba que muchas mujeres no se presentan a convocatorias para inversión en capital riesgo porque "no tienen confianza en sí mismas", una cuestión que es necesario erradicar desde la base, que siempre es la educación.