Pide a los bancos que extremen el análisis de riesgos para evitar otro quebranto para las arcas públicas
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, dijo el lunes en voz alta en el Congreso lo que lleva dos meses diciendo la banca en voz baja: la morosidad de los créditos con aval del ICO va a ser descomunal ante la magnitud de la crisis (el propio supervisor revisó ayer sus previsiones hasta una caída del 12,4% del PIB este año). Por eso pidió un mayor control de riesgos a las entidades... demasiado tarde.
Hernández de Cos destacó en su comparecencia que los banco no deben actuar de una forma imprudente, ya que la morosidad de estos créditos puede "explotar". “Lo que es muy importante desde el punto de vista del Estado y del Banco de España es que los bancos tienen que seguir haciendo un análisis del riesgo. No nos podemos permitir que se conceda crédito a empresas que ya sabemos a día de hoy que no son viables”.
"¿Puedo decir ahora mismo que todos los créditos se han concedido de forma adecuada? No. ¿Puedo decir que ha sido generalizada la mala praxis? Tampoco", añadió.
El problema de Cos es que llega muy tarde, cuando ya se han concedido, según sus propias cifras, 371.070 préstamos de este tipo por un importe de 36.291 millones de euros. Y el grueso de esos créditos no habrían sido concedidos por la banca jamás en la vida si no contaran con el aval estatal por el 80% en el caso de pymes (70% ó 60% en las empresas grandes). ¿Por qué? Pues por el enorme riesgo de impago que tienen.
Es decir, los bancos no han aplicado a los créditos ICO los mismos criterios que a los que conceden con su propio balance porque, si lo hubieran hecho, no habrían concedido prácticamente ninguno. Es más, como ha informado Bolsamanía, existe una especie de carrera entre los bancos por conceder los ICO antes que sus competidores, lo que ha provocado que el propio Instituto público rechace numerosas solicitudes que no cumplían los requisitos. En esos casos, el Santander ha decidido conceder el préstamo asumiendo todo el riesgo para no perder el cliente.
Además, los propios supervisores han incentivado esta concesión masiva y la conversión de créditos 'viejos' normales en créditos 'nuevos' con aval del ICO. Por ejemplo, el BCE admite estos préstamos como colateral para conceder liquidez a las entidades. Y el propio Banco de España ha otorgado "flexibilidad" al sector para no tener que provisionar de golpe estos activos cuando empiecen a entrar en mora.
"Si a cualquier autónomo le dices hace un año o dos que va a tener un crédito, aunque sea al 4,5% [el tipo máximo que se está aplicando a los ICO] en una situación de crisis absoluta y con el negocio cerrado, te lo firma sin pensar", señalaba una entidad en respuesta a las acusaciones de cobrar unos intereses abusivos. Otra añadía que "todos sabemos cómo van a acabar la mayoría de estos créditos, así que, si no se dan con aval, no se dan y punto".
Estas estimaciones de una altísima morosidad tampoco deberían ser una sorpresa para el Banco de España a la vista de sus previsiones económicas. Si el PIB va a caer un 12,4% y sus propios cálculos aseguran que "una caída del PIB de punto porcentual ha dado lugar, en el promedio histórico, a un aumento de la ratio de morosidad de 0,7 puntos", pues la cuenta parece clara. Incluso reconoce que puede ser peor: "la magnitud del retroceso del producto que se proyecta en este momento es muy elevada, lo que podría dar lugar a un efecto proporcionalmente mayor". Máxime sin medidas de apoyo a las empresas como reducciones de impuestos o sin poder despedir si se han acogido a un ERTE por fuerza mayor.
Las líneas ICO Directo que impulsó Zapatero entre 2010 y 2012, en la crisis del euro, alcanzaron un 83% de morosidad. Si ahora se repitiera esta cifra, estaríamos hablando de una pérdida de en torno a 80.000 millones para el erario público. Algo insostenible por mucho que ahora Europa sea más proclive a conceder subvenciones a España tras el acuerdo de Francia y Alemania. Y que explica la advertencia de Hernández de Cos.