Por el momento, únicamente los clientes con saldos superiores a 30.000 euros tienen que hacerlo
La banca también se está viendo afectada por la crisis ocasionada por la pandemia del Covid-19. En un entorno de tipos de interés bajos, hace unos meses dos entidades, BBVA e ING, anunciaron que comenzarían a cobrar a los clientes en España por los saldos depositados en sus cuentas. Y, aunque por el momento únicamente a afecta a aquellos con cifras superiores a los 100.000 y 30.000 euros, respectivamente, cada vez empieza a parecer menos lejana la posibilidad de que estos cargos se extiendan al resto. Más aún cuando la subida de comisiones está a la orden del día.
Desde finales de febrero, BBVA cobra un 0,3% anual por el saldo que exceda los 100.000 euros a los clientes titulares de cuentas corrientes sin ningún tipo de vinculación. Por su parte, ING hará lo propio a partir de abril. En este caso serán 10 euros al mes para aquellos titulares de una Cuenta Naranja con más de 30.000 euros y sin ingresos domiciliados en la Cuenta Nómina asociada. Los clientes sin nómina pero con un saldo medio inferior a 30.000 euros, solo verán como desaparece el interés de la cuenta (0,01% TAE).
Hay que recordar que, aunque los particulares habían quedado hasta ahora fuera de estos planteamientos, las principales entidades financieras ya aplican este tipo de comisiones a grandes clientes institucionales. La mayoría de bancos negocia uno a uno el tipo que aplica a cada una de las grandes instituciones, fondos de inversión, gestoras o incluso aseguradoras que mantienen un saldo elevado, sin que existan unos criterios totalmente estándares. Así, lo habitual es fijar un esquema de cobro en función del volumen y la actividad de cada cliente institucional.
El mismo Banco de España reconoció hace unos meses que cobrar por los depósitos podría llevar a una salida de los fondos de los clientes particulares, que verían cómo su dinero les renta más en una cuenta corriente. "El nivel cero en los tipos de interés ha actuado como una cota inferior para el coste de los depósitos. Esta resistencia a la baja en el coste de los depósitos responde a que un tipo de interés por debajo de cero en estos instrumentos podría conllevar una caída en la oferta de fondos, especialmente en el caso de los hogares, puesto que sus tenedores podrían preferir sustituirlos por efectivo, cuya remuneración es nula, pero no negativa", explicaba su gobernador, Pablo Hernández de Cos.
Pero la situación ha cambiado radicalmente desde entonces, cuando la crisis del coronavirus ni se vislumbraba. Ahora, "la falta de visibilidad sobre la calidad crediticia en un entorno marcado por las ayudas públicas y la concesión de préstamos es una de las principales preocupaciones a corto plazo para los inversores. Sin embargo, el pronunciamiento de las curvas de tipos en todo el mundo puede significar que los bancos finalmente cobren por lo que mejor saben hacer", resalta un reciente informe sobre la banca europea de Scope Ratings.
Explican que una curva más pronunciada refuerza los ingresos previos a provisiones, que sirven de importante colchón frente a las pérdidas crediticias. "Se espera que éstas sigan siendo elevadas en 2021 y cualquier subida sustancial de los tipos agravaría la situación de los prestatarios que no pueden repercutir los precios más altos a sus clientes", dicen. Así pues, añaden, existe un límite para los tipos en las economías altamente endeudadas, pues el aumento de los tipos podría afectar rápida y negativamente al sentimiento positivo.
No obstante, apuntan que una fuerte recuperación del crecimiento real apoyará la calidad del crédito a los clientes y, potencialmente, la demanda de préstamos. "Al haber acumulado colchones adicionales en 2020, los bancos tienen una amplia capacidad para satisfacer dicha demanda. A esto hay que añadir la reestructuración en curso que vive el sector y las fusiones y adquisiciones destinadas a reducir los costes. En conjunto, estos efectos podrían llevar a un escenario más optimista para los bancos europeos en 2021", concluyen.
OPCIONES DEL CLIENTE
De cara a los clientes, diversificar puede ser una alternativa sencilla para evadir gastos. Además, es altamente recomendable para distribuir los ahorros en varios bancos y conseguir la protección total del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que cubre los primeros 100.000 euros por titular y banco. Con ello, se conseguiría esquivar las comisiones por tener un alto patrimonio en el mismo banco y proteger el dinero al 100% gracias a la cobertura que ofrece el FGD, señalan desde el comparador financiero HelpMyCash.
La otra opción que tienen los clientes es, como demandan las entidades, vincularse. Es cuestión de sopesar si interesa mover los ingresos de banco solo por evadir comisiones. "Si, por ejemplo, la entidad actual en la que se tienen los ingresos ofrece rentabilidad a cambio o da muchas más ventajas de las que ofrecen estos dos bancos, trasladar los ingresos puede ser una opción equivocada", subrayan.
Según los últimos datos publicados por el Banco de España, los depósitos de los hogares crecieron en enero un 8,14% frente al mismo mes del año pasado, hasta los 917.500 millones de euros, aunque en comparación con diciembre de 2020, la subida es de apenas el 0,04%. Se acumulan así cinco meses consecutivos al alza.