El banco se hunde un 20% en el acumulado de 2017, mientras que Abengoa retrocede un 90%
Los desplomes de Banco Popular y Abengoa han vuelto a poner el foco en las pérdidas soportadas por sus accionistas. Pero también tienen otra lectura. Las ganancias que reportan a los bajistas que apostaron su dinero contra estos valores y que, finalmente, han tenido premio con su insistencia.
Y no son pocos. Ya que Banco Popular es el segundo valor más presionado en la bolsa española, por detrás sólo de DIA. Pero mientras que con la cadena de supermercados aún se mantiene el misterio de esta apuesta sin que hayan obtenido grandes premios, con la entidad financiera que preside desde febrero Emilio Saracho sí pueden frotarse las manos. Lo único que tienen que decidir es cuándo recoger los beneficios. En este sentido, el agregado de posiciones cortas alcanzó al terminar marzo el 10,77% del capital, que es de 3.100 millones de euros. Es decir, más de 300 millones de euros en acciones corresponden a una inversión bajista.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) publica cada dos semanas el dato total de posiciones cortas sobre las cotizadas españoles y, además, lleva un registro diario de los inversores con más de un 0,5% del capital. En el caso de Popular, hay una larga lista de nombres que durante los últimos 12 meses, especialmente con la ampliación de 2.500 millones de euros del pasado mes de mayo. El 'hedge fund' británico Marshall Wace es el más agresivo con una posición corta del 2,3% del capital. Le siguen AQR Capital Management (1,57%), Samlyn Capital (1,31%), BlackRock (1,1%), Lansdowne Partners (0,7%), PDT Parners (0,51%), Oxford Asset Management (0,5%) y Oceanwood Capital Management (0,5%).
El valor se hunde casi un 20% en el acumulado de 2017, después de desplomarse ayer un 9,6%. Los inversores no necesitaron mucho para una nueva ola de ventas en el parqué. Sólo que Saracho confirmara lo que todo el mundo sabe: que el futuro del banco pasa por una macroampliación (otra vez) o por una operación de consolidación que puede ser venta o fusión. “Sé que necesitaremos capital, aunque no sé ni cuánto ni cómo”, confirmó el ejecutivo en la Junta General de Accionistas ordinaria celebrada este lunes. “No vamos a gestionar Popular para su venta, pero es una opción que estudiaremos si es lo mejor para el accionista (…). La independencia es un valor, y una carga. Y tendremos que decidir”, expresó sobre lo segundo.
Para los accionistas llueve sobre mojado. El año pasado fue el peor valor del Ibex 35 al hundirse un 62%, para disgusto de gran parte de los poseedores de sus títulos, entre los que hay tanto minoristas como institucionales. En este último caso, fondos de inversión de prestigio como el Okavango Delta de Abante Asesores o el Santander Acciones Españolas tienen exposición al banco. Desde el 25 de mayo de 2016, un día antes de anunciar su última 'macroampliación', la entidad se hunde un 65%.
LOS 'CORTOS' RECOGEN BENEFICIOS EN ABENGOA
Lo mismo ocurre con Abengoa, donde el agregado de posiciones cortas descendió en marzo desde el 4,45%, porcentaje que habían mantenido desde febrero, hasta el 3,63%, según los registros de la CNMV. Una reducción que llevaron a cabo tras el crash derivado de la avalancha de nuevas acciones. Un total de 17.800 millones de títulos de nueva emisión empezaron a cotizar el 31 de marzo, lo que diluyó a sus antiguos accionistas en un 95%.
Este año, el precio de la acción se hunde un 90%, aunque gran parte de este retroceso se debe al impacto del aumento de acciones en circulación. El valor en bolsa de la empresa andaluza es de cerca de 380 millones de euros, con lo que en este caso los 'cortos' tienen apostados contra el valor 14 millones de euros. Y aquí aún no hay fondos que apuesten por el valor, sino accionistas que se quedaron atrapados cuando la empresa se hundió en bolsa tras solicitar el preconcurso de acreedores a finales de 2015.
En el capital de Abengoa, según las estadísticas del regulador, han figurado hasta abril tres institucionales con una posición corta superior al 0,5% del capital de la empresa de ingeniería, renovables y construcción. Son los 'hedge funds' Sothic, GLG y Kite Lake, que redujeron su apuesta hasta prácticamente el 0%. Eso sí, después de generar importantes beneficios.
¿CÓMO OPERAN LOS 'CORTOS'?
La inversión bajista es el mecanismo que utilizan muchos fondos y, especialmente, 'hedge funds', para ganar dinero con las caídas de un valor o para proteger otras posiciones de su cartera. También es la filosofía de las estrategias 'long-short', según las cuáles los gestores invierten en dos activos correlacionados, pero en uno alcista y en otro bajista. Si el primero lo hace mejor que el segundo, ya sea con pérdidas o ganancias generalizadas, obtienen rédito.
Para lo anterior, la práctica habitual consiste en el alquiler de acciones. Un 'hedge fund' toma prestados títulos de un valor con el compromiso de devolverlos en un periodo determinado, que a menudo puede extenderse en su vencimiento, y gana si durante ese tiempo la acción pierde valor. Un ejemplo es más ilustrativo: un bajista alquila 100 acciones de una empresa que en ese momento cotiza en 10 euros, con lo que las vende por 1.000 euros en el parqué. Un mes después debe devolverlas por contrato. Para ello acude al mercado, compra 100 títulos y, como su visión ha sido acertada, lo hace por 850 euros, ya que la empresa ha caído en bolsa un 15%. Esos 150 euros de diferencia, menos las comisiones, es lo que gana el 'corto'. Este es el método tradicional. Con la ingeniería financiera de las últimas décadas, existen opciones a través de derivados para tomar posiciones bajistas sin llegar a tener el control de las acciones físicamente.
La oferta para ponerse bajista en España es más limitada que en otros países, debido a que aún no existe la posibilidad de que los inversores institucionales presten valores que tienen invertidos a largo plazo para obtener una rentabilidad extra en el corto plazo. Esta es una vieja reivindicación de la patronal de gestoras de fondos de inversión y planes de pensiones, Inverco, que prevé que a lo largo de este año el Ministerio de Economía y Competitividad dé el visto bueno definitivo para poder aprovecharse de una práctica extendida en el resto de mercados desarrollados. “Ya sólo es una cuestión técnica”, explica el presidente de la asociación, Ángel Martínez-Aldama. Pero por ahora, los 'cortos' necesitan tomar los títulos en otra parte, como grandes 'insiders', fondos internacionales o brókeres.