El papel de Rusia y China y del Ejército venezolano sigue siendo clave
La caída del régimen chavista de Nicolás Maduro está cada vez más cerca, según explican los analistas del banco británico Barclays. En su opinión, tras la liberación de Leopoldo López por parte de Juan Guaidó, y pese a que el Ejército no se ha posicionado claramente contra Maduro, "su poder es todo menos sólido".
Para estos expertos, su supervivencia al frente del Gobierno es parte de los zigzags comunes que tienden a tener las transiciones políticas, en lugar de una victoria o una señal de fuerza. Los últimos acontecimientos muestran una apertura para negociar una salida por parte de un segmento no despreciable del régimen, que es un requisito previo clave en cualquier proceso de transición.
Por ello, señalan que "la elite gobernante ha comenzado a reconocer la inviabilidad de Maduro", en un escenario muy inestable donde todavía puede aumentar la tensión y producirse más conflictos. Actualmente, la posición del régimen se ha debilitado y "todavía existe la posibilidad de tener un cambio político, en un proceso que se ha prolongado pero que ha entrado en una etapa decisiva".
Los últimos eventos reafirman que Maduro enfrenta cada vez más fricciones dentro de su propia coalición, lo que está debilitando su capacidad de reacción y está minando su capacidad para ejercer el poder. Además, la posición de liderazgo asumida por los miembros de la Guardia Nacional y los servicios de inteligencia nacionales (SEBIN), que se supone son los más leales a Maduro, revela la fragilidad de la situación.
Por ello, consideran que Maduro ha entrado en un "círculo vicioso de desconfianza" y resaltan su incapacidad para arrestar a los líderes que se han alzado en su contra. Al no poder confiar ni en su círculo íntimo, su capacidad para reconfigurar el Gobierno se verá seriamente comprometida y probablemente resultará en un mayor aislamiento. "Con los ingresos colapsados y sin credibilidad para implementar reformas, Maduro tiene poco que ofrecer para fortalecer el apoyo de las diversas facciones de su régimen", afirman estos analistas.
LA OPOSICIÓN PIERDE UNA OPORTUNIDAD
No obstante, señalan que la oposición ha perdido una oportunidad que podría llevar a más problemas de credibilidad. Aunque ha conservado su mayor activo: su capacidad de movilización. La fatiga y la frustración entre la base de la oposición también son riesgos.
Sin embargo, añaden, hasta ahora, la oposición ha podido mantener un alto nivel de protestas no solo a través de los más de tres meses del episodio actual, sino a lo largo de varios años en los que los venezolanos han sostenido su búsqueda de una redemocratización del país. Esto permite que su liderazgo retenga la iniciativa y cuente con un fuerte apoyo internacional para mantener la presión sobre el régimen.
En este escenario, la influencia de las potencias extranjeras para apoyar a Maduro se ha convertido en un tema crítico. Por lo tanto, los esfuerzos para persuadir a los aliados de los gobiernos externos (sobre todo Rusia y China, además de Cuba) para facilitar una transición serán particularmente relevantes. Si Moscú y Pekín consideran que sus intereses pueden salvaguardarse aunque caiga Maduro, la transición política puede triunfar.
En relación al Ejército, considerando la tendencia histórica de las fuerzas armadas de evitar el conflicto, el mayor riesgo de una división o amenazas a la integridad territorial de la nación podrían desempeñar un papel más importante en la inclinación de los segmentos que soportan el régimen para apoyar una transición.
La conclusión de Barclays es que si bien existe un riesgo no despreciable de una consolidación del régimen autoritario, "las condiciones estructurales en Venezuela apoyan la posibilidad de una transición política, que ofrece una oportunidad no solo para reinstitucionalizar el país, sino también para implementar reformas que podrían llevar al mayor ciclo de expansión en los mercados emergentes en los próximos cinco años".