Este índice se mueve de forma inversa a las bolsas, es decir, sube cuando la renta variable corrige
El VIX, más conocido como el índice del miedo, recoge la volatilidad implícita de una cesta de opciones del S&P 500. De manera que cuando sube con fuerza se debe a que los índices de renta variable están cayendo, y viceversa. El problema del momento actual, que no es exclusivo de este índice, es que como los precios pueden permanecer muy “sobrecomprados/sobrevendidos” durante mucho tiempo.
Y como muestra un botón: Wall Street sigue cotizando en niveles máximos de todos los tiempos desde hace meses y sin mostrar (todavía) ninguna señal de debilidad. Al mismo tiempo, tenemos al VIX en niveles históricamente bajos, cerca de referencias de precio nunca vistas que, en condiciones normales, habrían provocado fuertes rebotes en el índice y caídas en las bolsas del otro lado del Atlántico.
Pero alguna vez llegará la corrección, no lo duden. Ningún subyacente sube (acción) sin su correspondiente ajuste proporcional (o fase de reacción). Así, las primeras referencias que hay que tener en cuenta en lo que a resistencias se refiere están en los 12,96 puntos y otra de mayor relevancia en los 14,70 puntos (máximos de diciembre). O dicho con otras palabras, la ruptura de la resistencia de los 12,96 puntos sería un primer aviso a navegantes, mientras que la de los 14,70 puntos sería la confirmación.
Es probable que la potencial superación de las resistencias mencionadas vaya de la mano de pérdidas de soportes en los índices de Wall Street. Mientras tanto, y a pesar de que el índice del miedo se encuentra en niveles históricamente bajos arrojando lecturas extremas, no es por sí sólo una señal de peligro al otro lado del Atlántico.
Si así fuera Wall Street apenas habría escalado posiciones desde comienzos de ejercicio y lo cierto es que en lo que llevamos de año el Dow Jones sube un 5%, el Nasdaq 100 un 11% y el S&P 500 un 6%.