Antonio Papell | Bolsamania | 01 abr, 2017 06:00
Durante toda la etapa democrática, el régimen español ha dispuesto de una legislación antiterrorista de excepción, que se justificaba por la necesidad de contar con las mejores armas frente a unos violentos que pretendían, además de asesinar a todos los discrepantes –servidores del Estado en su mayor parte—, destruir el sistema pluralista que tan trabajosamente habíamos logrado establecer y constitucionalizar.