Eduardo Segovia | Bolsamania | 29 may, 2020 06:00 - Actualizado: 29 may, 2020
Las promesas de que, por alguna especie de conjuro mágico, las grandes empresas multinacionales iban a seguir en España aunque el Gobierno no haga ni caso a sus peticiones se vinieron ayer abajo con estrépito con el anuncio del cierre de Nissan en Barcelona y del principio del cierre de Alcoa en San Cibrao (Lugo). Son la respuesta lógica a una inacción absoluta del Ejecutivo en política económica a la hora de dar incentivos para mantener el empleo. O peor: a la actitud anti-business que destilan casi todas sus actuaciones.