Antonio Papell | Bolsamania | 24 jul, 2015 12:33
A estas alturas de la legislatura, la EPA ya no es un indicador económico, fundamentalmente técnico: su significado político, tan evidente, predomina sobre cualquier otra consideración, y el Gobierno exhibe las cifras con alarde, pensando que acumula así méritos que le valdrán de aval en las inminentes elecciones generales. Es legítimo que así sea, y poco se puede objetar a semejante pretensión.