Antonio Papell | Bolsamania | 14 may, 2018 20:40
El único elemento positivo que adorna al recién investido presidente de la Generalitat, Quim Torra, es que no tiene antecedentes penales ni está imputado en procedimiento alguno. No por su moderantismo —ha quedado acreditado que es un radical que exhibe rasgos xenófobos intolerables y que muestra ciertas concomitancias con el viejo partido Estat Catalá, cuyas familiaridades con el nacionalsocialismo son inquietantes como ha puesto de relieve Vidal Folch— sino porque no había sido requerido todavía para violentar la legalidad. Era un soberanista de segunda división, de la zona media de la lista electoral de JxCAT.