Antonio Papell | Bolsamania | 17 mar, 2016 18:20 - Actualizado: 17 mar, 2016
No había precedentes en toda la etapa democrática: la destitución fulminante del número tres de un partido –el secretario de Organización de Podemos- por el número uno –el secretario general- mediante un durísimo comunicado, emitido a altas horas de la madrugada, sin intervención alguna de los órganos colegiados de la formación política, es impropio de un sistema político en que los partidos son organizaciones democráticas por imperativo constitucional, con unas normas internas que establecen unas reglas de juego y ofrecen garantías a los cuadros y afiliados.