Eduardo Segovia | Bolsamania | 20 oct, 2018 06:00
"Pero, ¿los jueces se han vuelto locos en España? Así no va a quedar nadie que quiera invertir en vuestro país", se quejaba un gestor de patrimonios afincado en la City londinense... el jueves, cuando el Supremo tumbó su propia doctrina sobre el impuesto a las hipotecas y sentenció que deben pagarlo los bancos en vez de los clientes, como sostenía hasta ahora. Y todavía le faltaba por ver el sainete del viernes, cuando el Alto Tribunal puso en cuarentena su propio cambio de criterio y dejó el asunto en la más absoluta incertidumbre.
El disparate protagonizado por el, presuntamente, tribunal más serio del país puede tener muchas consecuencias. Ha congelado la firma de hipotecas -¿cómo se van a firmar si nadie sabe quién paga el impuesto?- e incluso los bancos han puesto en cuarentena sus ofertas por si tienen que empeorar las excelentes condiciones que ofrecían hasta ahora al tener que asumir ese coste. Porque, si se confirma la doctrina del fallo del jueves, esa será su consecuencia inevitable: los españoles dejaremos de disfrutar de las hipotecas más competitivas de Europa, como alertó ayer Bolsamanía.