Ainhoa Murga | Bolsamania | 21 abr, 2019 09:29
El invierno es duro para el sector aéreo. La cascada de quiebras de pequeñas aerolíneas despeja competencia y pone activos a disposición de los grupos con músculo financiero. El consejero delegado de Ryanair, Michael O’Leary, lo anticipó hace unos meses y el tiempo le ha dado la razón: el petróleo caro ha dejado en tierra los aviones de las aerolíneas con las cuentas más presionadas. Y las grandes europeas, desde IAG hasta Air France-KLM, se frotan las manos ante la inminente consolidación.