Elena Lozano | Bolsamania | 27 may, 2019 06:00
Sareb, el banco malo, está tomando el camino contrario al de la banca para desprenderse del ladrillo que las entidades rescatadas le legaron hace seis años. La compañía asegura que le sale más rentable convertir los préstamos morosos que tiene en cartera en inmuebles que intentar vender los créditos, como están haciendo casi todas las entidades. Esta última fórmula, a pesar de ser más rápida, implica asumir fuertes descuentos, algo a lo que la compañía no está dispuesta. El problema es que también tendría que aceptar descuentos para vender inmuebles, por lo que prefiere esperar a una mejora del mercado: una actitud parecida a la "patada adelante" de las cajas en la crisis.