Rubén J. Lapetra | Bolsamania | 22 feb, 2017 07:00
Telefónica ha cerrado su primera gran desinversión después de hasta tres fracasos vendiendo activos durante el último año. Lo hace en vísperas de presentar sus resultados anuales de 2016 y con los ojos del mercado mirando fijamente un número: la deuda, es decir, lo que debe a sus acreedores. La cifra supera en estos momentos su valor en bolsa y hace sombra a los ingresos del grupo en todo un año. Se sitúa en torno a los 50.000 millones de euros y debe ser rebajada para evitar un incremento de los costes de financiación una vez que el Banco Central Europeo (BCE) se retire de la escena. Una mayoría de analistas considera que es una buena noticia. “La venta de Telxius era importante para el orgullo de Telefónica tras la cancelación de la salida a bolsa de Telxius”, dijeron en una nota los analistas de Fidentiis.