Noemí Jansana | Bolsamania | 10 nov, 2019 06:00
El enésimo intento de Junts per Catalunya (JxCat) de dar una imagen de unidad del independentismo ha vuelto a estrellarse contra el muro de la sonora negativa de Esquerra Republicana (ERC) y de la CUP. La negativa al desesperado movimiento del expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, de sumar fuerzas en el Congreso es una nueva muestra de que en el separatismo catalán cada partido barre para casa. Además, denota la extrema debilidad de los postconvergentes que se ven sin grupo propio tras el 10N y teniendo que gestionar una nueva derrota que redobla los interrogantes sobre el frágil Govern de la Generalitat de la mano de los republicanos.