Pedro Calvo | Bolsamania | 08 dic, 2016 19:01 - Actualizado: 27 dic, 2016
Mario Draghi es un artista. En lo suyo, que es la gestión del Banco Central Europeo (BCE) y de la política monetaria en la Eurozona. Y en la puesta en escena, porque maneja con precisión su lenguaje y sus gestos. Y aunque siempre cabe que haya sobreactuado, la interpretación con la que ha despedido 2016, lejos de casar con la alegría vista en las bolsas europeas, tiene más de malo que de bueno.