Pedro Calvo | Bolsamania | 22 mar, 2017 07:06
A problemas extraordinarios, soluciones extraordinarias. Y también consecuencias extraordinarias. La histórica respuesta de los bancos centrales a la crisis ha deparado que los balances de los principales bancos centrales del mundo alcancen unos volúmenes sin precedentes, puesto que han recurrido a engordarlos como instrumento para reforzar sus estrategias y reactivar las economías. Pero se acerca el momento de ponerlos a dieta. Y la presión es máxima, porque cualquier error puede sacudir las cotizaciones. Y abortar la recuperación.