Europa Press | 30 oct, 2019 23:18
MADRID, 30 (EUROPA PRESS - David Gallardo)
Como aquella vieja chupa de cuero que al cabo de unos años ya no te cabe. Aunque sea sin abrochar, uno insiste y se la pone aunque sienta cómo las costuras están a punto de estallar a poco que mueva los brazos. Seguramente no proceda tanta insistencia y otras prendas serían más adecuadas para el presente, pero esa es también la gracia.