Reflexiones ante la caída del PIB

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Bolsamania | 02 may, 2020

Después de más de siete semanas de un parón casi total de la economía española empiezan a aparecer los primeros datos de cómo esta situación de pandemia se está reflejando de forma dramática en algunos de nuestros principales indicadores, como es el caso del comportamiento del PIB. Analizar esta situación sin el contexto del resto de economías mundiales, muchas de ellas impactadas más tarde que la nuestra, es imposible. Y como existe esa incertidumbre de en qué medida se están viendo afectadas no podemos adelantar cuánto nos queda para tocar suelo.

Pero los datos son siempre clarificadores y en el caso del PIB nos enfrentamos a una caída mucho mayor que la de la crisis de 2008 y con un efecto más rápido. En el primer trimestre de 2020 se ha registrado una bajada del -5,2% frente al mismo periodo del año anterior, un -4,1% si lo comparamos con el último año. En casi 100 años no hemos visto otra crisis igual. La más grave después de la Guerra Civil fue en el primer trimestre de 2009, con una pérdida del -2,6%.

Experimentar una recuperación en V es complicado, porque será necesario que las medidas no sean solo producto de las decisiones del Gobierno español, sino que en ellas intervengan todos los actores económicos posibles. Y además, tendremos que ver qué capacidad tenemos de reinventarnos.

La nueva normalidad no puede ser un experimento diseñado por los políticos, tiene que basarse en la recuperación urgente del turismo, ofreciendo destinos seguros y sin riesgo de contagio; la vuelta a la producción del sector automoción y los estímulos y créditos al consumo. Debemos tener en cuenta que la tercera pata más importante en la que nos basamos es el sector de ocio. Si no empezamos por ahí, tendremos más problemas de los que ya se vislumbran.

Las políticas comunes europeas tienen capacidad para ayudar a los países que se puedan quedar atrás, pero estamos viendo un enfrentamiento Norte/Sur porque los primeros sienten que han hecho sus deberes en control del déficit y España e Italia no. Algunos interpretan que quieren imponerse a los países periféricos, otros piensan que tienen razón en pedir contención…

Corremos el peligro de volver a una Europa de dos velocidades o a la imposición de políticas financieras acompañadas de decisiones fiscales más difíciles de cumplir para países como España. El peligro aquí es una vez más el populismo y la tentación de aumentar todavía más el déficit sin contar lo que hacen en el resto de países. Ya pasó en Grecia y tuvo que ser rescatada, porque ese tipo de políticas sociales con un alto sesgo ideológico puede provocar nuestra salida de la UE o entrar en un bucle de destrucción total de nuestra economía.

Para salir de esta hay que olvidarse de las tentaciones de nacionalizar empresas y ayudar de verdad a la economía privada para que se ponga al frente de la recuperación. Viene un ajuste que nos va a afectar a todos, también sin duda a los funcionarios.

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