Mercados financieros: lo único seguro es que no hay certezas
Cuando las emociones dominan la escena, es un desastre
Una de las necesidades esenciales del ser humano es la seguridad y el control. La falta de estos dos elementos puede conducir a un comportamiento irracional y a veces muy extremo.
El ser humano busca constantemente seguridad. Quiere seguridad en el lugar de trabajo, en las relaciones, dentro de su familia, con sus propios ahorros... lo cual es lógico, ya que nuestro objetivo principal es sobrevivir.
Cuando nos preocupamos por algo creemos que, de esta manera, podremos evitar circunstancias desagradables que puedan surgir en nuestras vidas. Sin embargo, el problema es que terminamos obsesionándonos con la certeza, lo que tiene terribles repercusiones en nuestra salud emocional cuando llega algo inesperado como el coronavirus.
La falta de certeza empuja a las personas a abastecerse de productos de larga duración en los supermercados de todo el mundo. La necesidad de comprar algo para "protegerse" de un evento para el que no se está preparado lleva a compras compulsivas y sin sentido, tomadas por las emociones. Compras porque ves que el vecino del carro se abastece de papel higiénico, carnes y otros productos.
En los mercados financieros es lo mismo. Las cosas están bien siempre que haya control, siempre que haya modelos matemáticos, econométricos y económicos que permitan hacer una estimación aproximada de cómo irán las cosas. Desafortunadamente, el coronavirus es un evento nuevo para los mercados. No hay modelos matemáticos que sean capaces de modelar desarrollos futuros del contagio, ya que no son capaces de cuantificar a priori el impacto de la oferta y la demanda que puede implicar la propagación del virus.
Donde falta la parte racional, son las emociones las que se hacen cargo del problema. Y cuando las emociones dominan la escena, es un desastre. La volatilidad es brutal. La volatilidad, la única certeza que tenemos en este momento.
La búsqueda de seguridad es lo que llevó a los inversores a comprar el S&P 500 ayer. La posible introducción de un plan de estímulo a la economía por parte de Trump ha significado que muchas personas se "aferraron" a este cierto hecho y encontraron un punto de soporte para esperar en una buena compra.
Quien compra ahora mide un escenario optimista, caracterizado por una ligera disminución en las ganancias corporativas y el mantenimiento de los múltiplos del mercado de valores del año pasado. Un escenario con una ligera desaceleración en la economía de Estados Unidos, pero lejos de ser un escenario recesivo.
El problema concreto que este escenario aún no está descontado, debido a que los estímulos monetarios de la Fed junto a los estímulos fiscales de Trump están ayudando el mercado a mantener un frágil equilibrio.
Lamentablemente hay dos elementos que pueden llevar a un nuevo y profundo 'sell off'. Primero, la incertidumbre, que lleva a los operadores a vender por miedo. En segundo lugar, existe el impacto de la propagación del coronavirus, que podría ser importante si los 1.000 casos en EEUU se convirtieran en 10.000 o muchísimo más.
El hecho de que el S&P 500 aún no haya caído más fuerte está relacionado con que todavía hay un número limitado de casos en EEUU. Es muy probable que si los casos crecen exponencialmente, la parte emocional se haga cargo de los precios y rápidamente llevará al índice a niveles mucho más bajos.
Si perdemos la zona de los 2.700-2.609, escenario conectado a una difusión masiva del contagio por Estados Unidos, llevaría el precio a los 2.449. En la peor de las hipótesis podríamos llegar a los 2.188-2.036 puntos.
Los rebotes a que estamos asistiendo son solamente de tipo técnicos. Necesitaremos otras 2-3 semanas para tener una visión más clara de la situación. Solamente una recuperación de los 3.200 puntos daría una clara señal de inversión alcista. Mientras seguiremos monitoreando los mínimos de esta semana, en la eventualidad que el mercado intente una fase acumulativa.
En muchas de las ventas masivas del pasado ha habido días de fuertes rebotes, seguidos de nuevas caídas violentas. El 2018 es un ejemplo claro de lo que podía pasar. Aquí hablamos de un 20% de corrección desde los máximos. Si vamos al 2008 notamos que caídas desde los máximos del 40% o más han llevado rebotes entre el 15%-20%. Y todo apunta a que esta vez estamos en esa tipología de movimientos del precio.
A esta crisis también se agrega la del petróleo. Difícilmente podríamos ver una recuperación en los mercados bursátiles, siempre y cuando el derrame de petróleo se quede en niveles tan altos. No hemos llegado aún al punto en que el sentimiento no tiene más esperanza por el sistema financiero y económico mundial. Es una diferencia sutil muy importante.
Acabamos con una reflexión sobre las diferentes posibilidades que nos esperan. Los mercados bajistas vinculados a un evento único generalmente tienen una duración limitada, que no superan los 6-10 meses. La recuperación es repentina y rápida y refleja la desaparición de las causas relacionadas con el evento en sí. Para que se produzca este escenario, es necesario que el evento único no tenga efectos estructurales en el sistema económico global. El coronavirus bajo control y sin efectos económicos duraderos podría llevar un mercado alcista sin precedentes.
De lo contrario, la situación podría empeorar si el impacto del coronavirus afectase al ciclo global, llevando a la economía estadounidense y a las otras potencias mundiales a una recesión o incluso provocando una crisis estructural. En ese caso, los tiempos de recuperación se expandirían dramáticamente hasta 2-3 años.
Los datos sobre la propagación del virus, las medidas tomadas por los gobiernos de los países afectados por la pandemia y las medidas fiscales y monetarias tomadas de vez en cuando nos ayudarán a comprender cuál de los dos escenarios es más probable. Dependiendo de la probabilidad que atribuimos a los dos escenarios, debemos tomar decisiones de inversión, dejando de lado las emociones.
La máxima del Barón de Rothschild de "hay que comprar cuando la sangre corra por la calle" nunca ha parecido tan adecuada a los días que estamos viviendo.
¡Feliz semana y buen trading a todos!