La última reina de Egipto
Con trabajo no se consigue todo, pero nada se consigue sin trabajo. La dedicación confluye en las marismas del talento y desemboca en el océano de la inspiración. Encuentra lo que amas y deja que te consuma hasta que el descanso se convierta en una obligación. No hay atajo en la conquista, primero llega el día y después la luz, los momentos más brillantes los brindó la oscuridad.
La trayectoria vital es finita, la felicidad orbita entorno al amor y la motivación. Somos criaturas de naturaleza migrante, y como tales necesitamos un sendero por el que transitar, un faro que divisar. La desidia abriga la falta de aspiración, como el cometa errante cuya existencia se limita a esperar la colisión.
El juego de pies de un boxeador es la cripta del faraón, pregúntale al quarterback sobre las ventanas de oportunidad. No hay lección en la victoria, la belleza mora en la alcoba de la tragedia y las mejores historias siempre incluyen un naufragio. Y cuando las dudas conquisten el imperio y el miedo tome de rehén a la razón, lidiar con la presión será la mayor de las empresas.