¿Ha llegado la hora de asegurar beneficios?
Es mejor mantener acciones que efectivo a largo plazo
Los tipos de interés bajos son bienvenidos cuando queremos conseguir una hipoteca, pero cuando tenemos dinero para invertir, la parte alta presenta algunas oportunidades. En EEUU y el Reino Unido, el dinero en efectivo puede rendir hasta un 5,5% en una cuenta de ahorro de alto interés. Y eso es más de la mitad del 8,14% de rentabilidad media anual del S&P 500 en las dos últimas décadas (2002-22). Pero históricamente, el problema con el efectivo ha sido que no es tan bueno para preservar la riqueza en comparación con las acciones.
Por ejemplo, vamos a examinar el siguiente gráfico que nos muestra la rentabilidad pasada del efectivo y las acciones en distintos periodos de tiempo, con datos que se remontan a 96 años atrás. En él se comparan las rentabilidades con los efectos de la inflación durante esos mismos periodos. A muy corto plazo (de uno a tres meses), el efectivo es comparable a las acciones a la hora de superar la inflación. Pero esta diferencia aumenta significativamente con el tiempo. Las acciones de gran capitalización superan a la inflación el 76% de las veces durante un periodo de tres años, frente al 55% del efectivo. Si lo prolongamos más, veremos que las acciones baten a la inflación el 100% de las veces en un periodo de 20 años.
En pocas palabras, es mejor mantener acciones que efectivo a largo plazo. Pero eso no significa que no haya sitio para el efectivo en nuestras carteras. Recordemos que, en comparación con cualquier otro periodo de los últimos cien años, las valoraciones de las acciones nunca han sido tan elevadas como ahora. Y eso sin tener en cuenta los riesgos de recesión en los próximos 12 meses, lo que podría hacer que las acciones sufran un duro revés.