Fugaz y tropical
Actualizado : 09:04
Donde nada sea útil pero todo sea bonito, allí me encontrarás: donde todo sea sutil pero fugaz. El paso marcial de la infantería luminosa de la primavera atraviesa el cristal, las sábanas de lino blanco macael y el mismo café matinal. El periódico del día con las noticias de ayer, mensajes en el teléfono sin contestar, algo en lo que creer.
Lo que me des estará bien, a la vida no le pido mucho más: unos versos de Joan Margarit y un paseo frente al mar. Siestas en el jardín y salitre sobre la piel, mi único atuendo es la cruz de papá. El bañador calado por el sol y por la sal, y en la televisión el pelotón ya corona el Mont Ventoux. Días de canícula y verbena, mediterráneos como Serrat. Cena ligera y amigos, sube la marea y el vino que aquí no hay vecinos a los que despertar. Alguien prendió la mecha y se arrancó la hoguera, la bodega se vacía bajo la luna llena.
La vida que se escapa es la que tienes que atrapar: querida las mejores cosas son las que tu trabajo no puede pagar. Divino tesoro es la temida ruina, cuando no haya nada que perder empezarás a disfrutar. Siempre es mejor echar de menos que de más, el tiempo pasa factura de las cosas que no harás. Aprendí a bailar bajo la lluvia y el tormento, un amanecer más que te pienso, también en mamá. Me dijeron que te fuiste pero yo aún te llevo dentro.
Se disipa la luz y se prende la llama, ávida y vivaz. Un libro al atardecer y un porche donde cenar: los días son calas vírgenes por explorar. La roca erosionada por el viento y por el mar nos recuerda la belleza de lo que fue y ya no está: la felicidad sólo la reconocemos cuando se va.